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Las vidas alternas

Los que no vivieron

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Las vidas alternas

Verte en la oscuridad

Verte en la oscuridad

Necesito escribirte para decorar esta habitación.
Aquí, entre estas cuatro paredes sólo hay
ladrillos grises, unidos por cemento del mismo
color. Puedes ver la ciudad a lo lejos, siempre
cubierta por la niebla y tu recuerdo.

Los días son todos iguales. Ellos me dicen
a qué hora levantarme, ducharme, comer,
fumar o lavarme los dientes. Los mismos
que no nos dejan tener fotos en las paredes
para evitar que nos entreguemos a actividades
insanas. Mi uniforme, ya viejo, me hace notar
todas sus cicatrices y remiendos: Aquí siempre
hace frío, tanto que algunas noches no puedo
dormir porque me atenaza el miedo a morir
congelado. Entonces me siento sobre la cama,
quieto, muy quieto, y observo la pared, y,
en ocasiones, creo que puedo verte en la oscuridad.

Aquí sólo hay tiempo para pensar. No estamos
en el país de las últimas cosas, sino en el de
los últimos hombres. Aquellos a quienes hierve
la sangre cuando piensan en la suerte que les
ha traído a un lugar como éste. Pocas veces
sonrío recordando ese pasado lleno de belleza,
largos viajes en coche a través de bosques
solitarios y hoteles de noches sin final.
Cuánta imaginación derrochábamos pensando
que haríamos cuando tuviéramos
el dinero suficiente para ser realmente libres.

Y es ahora cuando caigo en la cuenta de que realmente lo éramos.

Las pocas veces que consigo verte en la
oscuridad, miro por la ventana y siempre
lo hago en el momento exacto en que
las nubes tapan la luna. Esperando los
efectos de alguna droga más que cortada
e introducida desde el interior de
alguien en este sórdido lugar.

Leo tus cartas. Me hablas de cosas cada
vez más banales. Como si no pudieras
ignorar, como yo lo hago, todos los años
que todavía me quedan por delante. Y sólo
siento ganas de pedirte una cosa: que dejes
de enviar todas esas cartas que están ya
abiertas cuando llegan a mis manos indicándome
que yo estoy dentro y tú en el exterior, que mi
imaginación está limitada y la tuya intacta,
que tienes todo el tiempo y el mundo por delante
y que ahora te aburres y no quieres esperarme más.

Verte en la oscuridad

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Relato Cárcel, Desamor, Los Enemigos, Paul Auster, Plagiarismo

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2018 - Senén Rubio Zubiaga

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