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Las vidas alternas

Los que no vivieron

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Las vidas alternas

Tras el cristal

Te observo tras el cristal. Me pregunto quién eres realmente. De dónde viene la necesidad de llevarlo todo siempre al extremo. Podría descansar, pero tengo claro que tú no quieres hacerlo, sabes que necesito vivir en ese extremo.

Vives la vida que yo vivo, pero de manera diferente. A veces te colocas a mi lado, tras el cristal. Quieres que te acompañe, yo no voy y te dejo hacer. Cosas terribles, incontables, casi nunca soy espectador de la calma. La vivo pero no me interesa.

Y la asesinas. Delante de mí. Observo la escena aterrorizado. Siento que podría detenerte, gritar, deshacer lo hecho, y ni siquiera lo intento, no quiero hacerlo. Me fascina verte actuar, mi actor preferido eres tú abriéndola en canal, extrayendo poco a poco órganos de diferentes colores y sabores. Pintando todas las paredes de rojo.

Sé que debería saberlo, que tú y yo somos a uno y otro lado del espejo. Pero yo soy el inocente y tú el destructor de entrañas.
Querría aplastar la esperanza como tú lo haces, como a una mariposa. Disolver sus colores en nuestro escenario, siempre en blanco y negro. Poder mover la cámara, centrarla en los detalles, grabar fotograma a fotograma sus alas secándose mientras pierden la esencia. Sobre todo me gustaría decidir qué imágenes se proyectarán al otro lado del espejo.

Me cubriría con su sangre, esparciría mi semilla por toda la escena, no me importaría ir a la cárcel, ya no me importaría nada. Pero no puedo, tengo que inventar una historia alternativa en la que tú no aparezcas. En la que yo la he tratado con dulzura y suavidad.

Lloraré, me sentiré culpable, hice todo lo posible pero no pude evitarlo. Su final fue trágico, trágica será mi existencia. Se lo contaré a todo el mundo, les convenceré, ellos nunca sabrán de tu existencia.

Sentiré una extraña excitación en nuestro triunfo. Me aliviaré en millones de momentos de soledad, repasando cada detalle. Y tú vendrás a mi lado, tras el cristal. Me recrearás en detalles mórbidos, me susurrarás qué se siente, sentiré como huele un cuerpo hueco y sentiré el sabor de todos sus órganos. Experimentaré tus espasmos de placer.

Rechazaré tu imagen pero dejaré que me conviertas en un objeto. Nuestros cuerpos arderán al rozarse. Nuestra excitación crecerá hasta convertirse en placer, hasta llegar al dolor, pero no pararemos. Podrás hacer conmigo todo lo que quieras. Nunca nos detendremos, no miraremos atrás, quemaremos los todos campos y nunca volverá a crecer la hierba.

Cuando lo hayamos conseguido al fin, el cristal se haya roto y me encuentre exhausto, cuando sólo me queden las fuerzas necesarias para estremecerme, sé que me aplastarás como a una cucaracha, que vaciarás mi cuerpo y jugarás a hacer música con mis huesos.

Y volveré a ocupar mi lugar, tras el cristal. En el mundo ocurrirán cosas horribles, pero no lo serán tanto como las que están pasando ahora en nuestras mentes.

Siento frío aquí. Mi pecho está vacío y mi cuello ahogándose.

Podría desvanecerme, me da igual, estoy en paz: sé que volverás a despertar en mí la violencia que te hace tan irresistible.


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Sombras Carácter Destructivo, Despersonalización, Destructor de entrañas, Destructor de mundos, Dolor, Placer, Sangre

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2018 - Senén Rubio Zubiaga

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