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Riley Reid y su (tal vez improbable) complejo de Electra

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2023-03-16

Riley Reid

“God isn’t real. Now go jerk off to my porn”
Riley Reid

Riley Reid

Empecemos con una obviedad: el porno es una industria que mueve millones y crea miles de puestos de trabajo para chicas que estén dispuestas a vender su cuerpo, tal vez también su intimidad, delante de una cámara. Quizá sea sólo esa cámara lo que diferencia su profesión de la prostitución, no sé, no voy a abrir ese debate de momento. Pero no nos vayamos por las ramas y dejemos una cosa clara: hay miles de actrices porno rubias, morenas, de ojos azules, marrones, verdes, uno de cada color, tatuadas, operadas, maduras, con labios hinchados por el botox, delgadas, entradas en carnes, intelectuales, frikis, dispuestas a hacer sólo escenas lésbicas o a llegar al límite de lo aceptable en la forma que son humilladas, degradadas o maltratadas.


Entre todos esos terabytes de contenido prohibido, imágenes, vídeos, parafilias y lluvias no sólo de semen, es difícil destacar. Los hombres lo suelen hacer por su dotación, claro. Pero las mujeres… Es otra historia. Literalmente, otra historia, porque deben contárnosla no sólo delante de una cámara con su cuerpo, su cara, su voz lujuriosa y sus gritos de placer, sino también deben hacerlo detrás. Si no, que le pregunten a Sasha Grey que, en el mundo del porno se hizo famosa por la profundidad en el arte de la felación y por pedirle a Rocco Siffredi que le pegase un puñetazo en el estómago mientras se la practicaba. Hubo incluso quien hablaba de la nueva Jenna Jameson y, sin embargo, su popularidad aumentó cuando confesó al mundo que le gustaba leer y escribir y que su intelecto iba más allá de lo que normalmente se considera adecuado para una chica del porno, ya que estas no pasan de bitches, whores o stupid girls.


A partir de ahí su carrera pasó por otros derroteros trabajando como actriz en películas notables como The girlfriend Experience del director Steven Soderbergh y Open Windows, proyecto internacional de nuestro Nacho Vigalondo. Después inició el camino que tantas mujeres han iniciado después de las 50 sombras de Grey, es decir, la escritura de una trilogía de novela erótica e, incluso, ha acabado dando charlas en colegios para promover la lectura.


Pero no hemos venido aquí a hablar de ella, ni de Mia Khalifa, la actriz amenazada por el terrorismo islámico por haber protagonizado una escena con el hijab, convirtiéndose en un símbolo de la libertad contra el fundamentalismo que le catapultaría hacia una carrera de éxito en los programas. Tampoco de Monique Alexander, que combina su faceta de actriz porno con los programas de radio y televisión hablando de educación sexual.


Hemos venido a hablar de Riley Reid y a preguntarnos en primer lugar, el porqué de su reinado en un mundo repleto de veinteañeras con cuerpos semiadolescentes como ella, de sus 2,3 millones de seguidores en Twitter y 2 millones en Instagram. Vamos a hablar de la razón que le ha convertido en un icono y un mito y, también, un poco de su vida privada, del deprecio y el rechazo que ha tenido que sufrir por parte de su familia por su profesión.


Riley Reid

Si echas un vistazo a la Wikipedia obtendrás unos pocos datos. Nació en Miami Beach, Florida el 9 de julio de 1991. Pasa de los 30 años aunque no los aparente y en el imaginario colectivo siga siendo esa jovencita, girl of next door que, tal como pudimos ver en el ¿documental? Hot Girls Wanted, se trata de un perfil ampliamente demandado por la industria del porno. Su nombre real es Ashley Mathews, ha ganado multitud de premios AVN por su trabajo y ha participado en más de 1400 escenas entre películas y sitios web como Brazzers, Naughty America, Bang Bros, etcétera.


Riley responde al mito de lolita, no respondiendo a la descripción que se hace del mismo en la película homónima de Stanley Kubrick como a la de la canción Moi… Lolita, gran éxito pop de los noventa, que convirtió a Alizée en una estrella: la jovencita con pantalones vaqueros y malas notas que no tiene la culpa de que los hombres se lancen sobre ella en cuanto la ven. Se trata de la víctima perfecta, pero sólo por una razón: desea serlo.

Milan Kundera decía que el flirteo o la coquetería eran una propuesta de sexo sin garantía. En el caso de Riley Reid, su sonrisa pícara, es una garantía de pecado, porque cuando alguien intenta seducirla significa que ella ya lo ha hecho. Dirá el lector que no podría ser de otra manera en el mundo del porno, con razón, pero así como otras actrices se muestran como víctimas del deseo masculino, ella no lo es. Ella lo sabe, ella maneja la situación, por más dura que acabe siendo la escena.

Y esto es todo lo que tengo que decir de ella como actriz porno o como trabajadora sexual. No creo que haga falta una descripción pormenorizada, ni siquiera añadir una escena, porque quien así lo desee puede dejar un rato de leer este artículo y, cuando vuelva más relajado y dispuesto a la reflexión, retomarlo a partir de su página de twitter:




La foto de su perfil ya es toda una declaración de intenciones, ese dibujo con una gorra comiéndose un plátano básicamente de un bocado. Después, en la foto de la página una interesante reflexión:


“Yo: Existo.
Instagram: Has violado nuestro acuerdo de términos y condiciones
”.

Riley es una estrella, insistimos, con más de dos millones de seguidores. Hay muchos actores de cine, digamos convencional, que se cortarían un brazo por conseguir esa cifra y, sin embargo, sigue siendo de algún modo despreciada. No se trata de términos y condiciones, sino más bien de términos morales. Como decía Amarna Miller en una interesante entrevista en Jot Down, sobre las escenas de sexo explícito en el mundo del arte:


“Depende de cómo se cuente y cómo se planteen los personajes. Igual que en una película normal el sexo gratuito estorba y no tiene que ver con la trama, pero si se va construyendo una situación en la cual los personajes lo están buscando y al final sucede a mí sí me parece que puede aumentar la calidad literaria. Me parece hipócrita que se omita el sexo en todas las obras supuestamente artísticas, como si el sexo perteneciera a otra área del conocimiento y fuera sucio, turbio y moralmente reprobable”.


Hay directores que ya han superado esto, como lo hizo Michael Winterbottom, con un resultado irregular en su película Nueve canciones. Pero el caso de Riley va más allá, incluso de ella, porque es el hecho de ser una trabajadora sexual es lo que la convierte en sucia, turbia y moralmente reprobable. Viven en un mundo donde el feminismo todavía no ha planteado de una manera abierta y sincera el tema de la prostitución. Donde muchas corrientes quieren imponer una opinión propia sobre el tema, rechazándolo del plano y, lo que resulta más grave en mi opinión, sin permitir, sin dar voz a aquellas personas que se ganan la vida de esta manera.


¿Qué es lo que quieren las trabajadoras sexuales? Apenas lo sabemos. Lo que sí sabemos es que, más allá de su trabajo, Riley Reid tiene una voz, tiene opiniones propias que le convierten en una mujer inteligente y empoderada. Sí, utiliza su cuenta de Twitter para promocionar su inevitable OnlyFans y sus vídeos porno, pero también para dar sus opiniones sobre teatro, relaciones con hombres de mayor edad, sobre cómo conseguir su independencia económica sin depender de nadie o de la necesidad de controlar el tiempo que pasamos en Internet o en las redes sociales.


Watched The Social Dilemma & you should too if you haven’t. You should also consider changing your phone routines so you don’t spend so much time on social media apps. I know, cliche bc I’m using twitter to inform you of this but thats all I have to connect with you.

— Riley Reid (@rileyreidx3) April 7, 2022

No voy a citar tweet a tweet estos temas, no me interesa hacerlo. Me interesa hablar de Riley y su complejo de Electra. Un complejo falso, por supuesto, no más que una metáfora de la manera en la que ha sido menospreciada y despreciada por su familia porque el sexo es sucio e inmoral. Lo es aunque todos lo consumamos. Aunque lo encontremos en todas partes y sea un negocio que mueve millones por todo el mundo.


Riley tuvo este tweet fijado durante bastante tiempo:


God isn’t real. Now go jerk off to my porn.

— Riley Reid (@rileyreidx3) March 18, 2019


¿Recordáis lo que decía Amarna Miller? Riley destroza ese argumento en una frase, no el de Amarna sino aquel que menosprecia el sexo, de diez palabras que traducidas vendrían a decir: “Dios no existe, así que mastúrbate con mis vídeos”. Déjate de chorradas, el sexo está y siempre va a estar ahí. ¿Tienes una necesidad? Satisfácela, deja la moralidad a un lado, porque sólo es un constructo social que te oprime, que nadie te diga que disfrutar es malo, está prohibido o que tienes que esconder ante los demás.
Durante siglos hemos vivido el sexo como un pecado, no cometerás actos impuros dice el sexto mandamiento, que se ha utilizado como excusa para defender que el sexo sólo ha de ser utilizado para la procreación. Por eso Dios castigó a Adán y Eva a avergonzarse de su desnudez, no debes morder la manzana, no debes saltarte las reglas. No puedes vivir de acuerdo con tus propias reglas.
Por ese motivo, el padre de Riley, fanático religioso la ha rechazado en público varias veces. No es el pecado, es la incapacidad de algunos de permitir a los demás vivir su propia vida como le dé la gana, bajo el imperativo de múltiples ideologías, algunas religiosas, otras que pretenden serlo y otras que no lo son en absoluto.


La ruptura de Riley con Dios le permite, como diría Walter Benjamin caminar entre las ruinas. Es una mujer empoderada, casada y con un hijo que no ha dejado de ejercer su profesión. ¿Una víctima del patriarcado? A mí no me lo parece. Es una mujer de su tiempo que vende su imagen por Internet pero: ¿Por qué su faceta de influencer es menos lícita o legítima que la de Chiara Ferragni?



Y ahora, pienso en lo que escribo y me imagino como una tortuga patas arriba, me contradigo diciendo que Riley Reid sí es una víctima del patriarcado. Lo es por su complejo de Electra, porque ha intentado buscar la aprobación de un padre que la desprecia incluso públicamente. Y es por ello que en la descripción que da de sí misma en las redes es que es atea. El mismo motivo por el que más de una vez les ha dicho a sus seguidores adolescentes que no se preocupen que, también a escondidas, sus padres ven el mismo porno que ellos.


La hipocresía de los argumentos de Riley Reid y Amarna Miller no viene del libre ejercicio de su libertad, sino de la supuesta consideración del porno de Internet como una expresión artística. Porque ya no se hacen películas como Tras la puerta verde, verdadero festival de escenas psicodélicas, como Latex de Michael Ninn, fábula futurista y virtuosa reflexión sobre cómo limitamos nuestro deseo sexual o cualquier película de Andrew Blake, que, con estética de videoclip, consigue crear universos hipnóticos y sugerentes que verdaderamente te atrapan más allá de la paja rápida.


Ellas viven (o vivieron, ya que Amarna ha dejado el negocio) del sexo encorsetado, de las páginas de fetiches: sexo con mi niñera, sexo con mi profesora, infidelidad, sadomasoquismo o vídeos de casting verdaderamente asquerosos donde la sexualidad se confunde con el maltrato, la degradación y la humillación. Escenas unidimensionales donde el cáncer no se haya en el tabú del sexo, sino en la excesiva simplificación del mismo y la cosificación de las trabajadoras sexuales.


Riley Reid puede ser ella misma en Internet. Puede dar sus opiniones, pero éstas están escondidas entre multitud de videos promocionales en plan ¿en qué agujero me la meterías? Por lo que su personalidad y su discurso se desvanecen dando paso a un nihilismo cada vez más presente en todas las capas de la sociedad.


Las fake news y las pajas rápidas provienen de la misma fuente. De aquellos que quieren mostrarnos un mundo a la medida de nuestros deseos, nuestros fetiches más allá de toda empatía o sentido de la reflexión. Mal llamados periodistas que difunden noticias falsas. Mal llamadas feministas para las que las trabajadoras sexuales deberían no existir y, si lo hacen, mejor en la clandestinidad, en los límites, en aquellos lugares en los que no se tenga en cuenta su opinión, dándoles el mismo valor que les dan los consumidores de porno utilizando expresiones como le ha dado lo suyo a esa zorra.


¿Alguien recuerda el famoso vídeo de Rebecca Linares con Max Hardcore? Seguro que la mayoría no han leído las declaraciones de ella diciendo que se había sentido violada y vejada:

“He rodado con ese tipo y la realidad que fue unos de mis peores días de mi vida, estoy avergonzada de ese trabajo debido a que ese tipo no me guardo respeto alguno y no volveré a trabajar con el, casualmente lo vi hace 2 días y el muy cerdo me mandaba besitos dios que asco, a quien le agrada mi trabajo le agrada verme gozar, te afirmo que en esa escena no disfrute nada y me entristece suponer que gente que le agrade, desee verme en esa circunstancia“.


En definitiva se trata de crear el hombre y la mujer unidimensionales que sólo ven el mundo desde su propia esquina, incapaces de aceptar que puede haber cosas en el mundo que no son de su agrado, convencidas de que se trata de aquello que debería no existir. Se trata, en fin, del capitalismo y la cultura del consumidor donde nos meten estímulos constantes con una cuchara haciéndonos sentir superiores engordando nuestro ego sólo en base a la idea de que tenemos siempre la razón, a la ilusión de que un famoso podría ser amigo nuestro por dar un like a uno de nuestros tweets o por seguirnos en Instagram y a la idea descabellada de que Riley podría tener el mínimo interés de practicar sexo con cualquiera de los sudorosos espectadores de sus omnipresentes vídeos.



  • Mamá
  • Sueña conmigo
  • Con el izquierdo
  • Circunloquio (esa persona no era yo)
  • Glam

Cine


Cine Adán y Eva, Alizée, Amarna Miller, Andrew Blake, Ashley Mathews, Bang Bros, Barricada, Brazzers, Chiara Ferragni, Dios, Hot Girls Wanted, Instagram, Jenna Jameson, Jot Down, Latex, Max Hardcore, Mia Khalifa, Michael Ninn, Michael Winterbottom, Milan Kundera, Monique Alexander, Nacho Vigalondo, Naughty America, Nine Songs, OnlyFans, Open Windows, porno, Rebecca Linares, Riley Reid, Rocco Siffredi, Sasha Grey, Stanley Kubrick, Steven Soderbergh, The girlfriend experience, Tras la puerta verde, Twitter, Walter Benjamin, Wikipedia

Estímulos

2018-11-28

Estímulos

Nos preguntamos si éste es el mundo que deseamos para nuestros hijos cuando ni siquiera es el que deseamos para nosotros. Nos cuesta reconocer que no tenemos control alguno sobre la realidad; las cosas pasan y nosotros intentamos adaptarnos. Ayer paseaba con mi hija por El Corte Inglés y, de repente caí en la cuenta o, mejor dicho, me caí del guindo. Pretendiendo pasar un rato en familia y hacer un par de compras en el supermercado la estábamos sometiendo a una miríada de estímulos de los que le era imposible escapar. No es extraño que pidan cosas sin control. Lo que sería realmente extraño es que no lo hicieran.

Mientras, nosotros tratamos de educarles. Enseñarles que no se puede tener todo lo que se desea. Sin darnos cuenta de que caemos en la misma trampa. No queremos que tengan un móvil. Pero nosotros sí que lo tenemos, y a través de él podemos acceder con facilidad a un amplio abanico de compulsiones consumistas y adicciones. Ignoramos el valor del dinero porque ni siquiera lo vemos y porque siempre hay alguien dispuesto a prestarnos más, prestamos a tipos de interés abusivos que aceptamos porque no hay nada peor que encontrar la fuerza de voluntad necesaria para ignorar todos esos estímulos.

Puede que Carlos Sobera haya tenido que aceptar hacer tantos anuncios de microcréditos y casas de apuesta online por un problema de ludopatía. Y tenga tantas deudas que no haya podido hacer otra cosa que ponerse en manos de los usureros. El círculo se cierra mientras ve como su imagen pública se hunde en el fango. O, puede, y es lo más probable, que ni siquiera le importe, que considere que sólo interpreta un papel, que carece de cualquier tipo de responsabilidad. Porque él es sólo un estímulo, otro más, lo mismo que nosotros, cuando nos exponemos en las redes sociales a cambio de likes.

Probablemente llegue el momento aterrador en que mi hija me diga que quiere ser un producto. No con esas palabras, claro, pero querrá ser famosa ante un grupo reducido de personas. Podemos serlo para nuestros seguidores, e incluso usarla, poner fotos de ella tan mona a sus tres añitos para obtener más me gustas. Mientras no tan oscuras compañías analizan cada uno de nuestros movimientos para recoger nuestros datos y convertirlos en publicidad a medida que recibiremos en nuestro móvil, nuestro correo electrónico, que aparecerán en nuestras páginas favoritas para permitirnos comprar unos pantalones sin ni siquiera salir de casa.

No importa el motivo por el que quieras ser famoso. Al sistema le es indiferente incluso si tu objetivo es derrocarlo. Que uses sus medios para hacerlo es ineficaz. Querrás tener más seguidores, más respuestas, más mensajes privados. En definitiva, más datos que almacenar y manejar. La guerra de lo políticamente correcto, el intento de definir qué es la izquierda es sólo música de fondo. Avanzamos tan rápido que es imposible realizar una teoría útil para el objetivo de la liberación humana. Porque un mundo que no podemos definir es un mundo que no podemos transformar.

estímulos

Manifiesto Carlos sobera, Facebook, Instagram, neoliberalismo, Twitter

Editorial

2018-09-20

Editorial

Nunca pensamos que acabaríamos publicando una editorial pero, dada la desafortunada cadena de acontecimientos que han ido sucediéndose en los últimos días, nos vemos obligados a escribir ésta, la primera de nuestra historia, con la esperanza de que también sea la última.

Consideramos que antes de exponer nuestra postura es conveniente que hagamos un repaso de dichos acontecimientos. Por lo que si usted pertenece al grupo de los quince seguidores habituales de esta página puede saltarse los siguientes párrafos, que dedicaremos a poner al día a algún despistado que desconozca la historia a pesar de haber sido publicada en todos los principales medios generalistas de este país.

Todo empezó con un inocente comentario del usuario Andrómeda, referidos al volumen 2 de la serie Siete Canciones que estamos publicando actualmente. En él decía que nuestro estilo le recordaba al de Nilo Fuster, legendario colaborador del blog colectivo Las Voces Silenciosas.

A este comentario siguió otro de Vomitón, en el que señalaba que Ernesto Bánegas fue un pseudónimo utilizado por Nilo en su primera época, cuando escribía colaboraciones para la famosa revista La llamada extraterrestre, como recordarán, dedicada al análisis de las principales corrientes de la música contemporánea. Y a partir de ahí estableció la teoría de que nuestro Ernesto no significaba sino la vuelta camuflada de Nilo, quien fue encontrado muerto en extrañas circunstancias por la policía el 17 de agosto de 2014, curiosamente el día del cumpleaños del director de esta publicación quien, por razones obvias, prefiere mantener el anonimato.

Quiso la casualidad que la periodista Natalia Ayuso, diera con nuestra publicación. Gran admiradora de la prosa de Fuster, Natalia quiso ser la primera en dar la noticia. Publicó un tweet en el que enlazaba al comentario de Vomitón celebrando la vuelta a la vida del escritor. En poco más de una hora tenía cuatrocientos retweets y tres mil me gusta. Pronto, un ejército de becarios que no tenían nada mejor que hacer se dedicaron a engrandecer el eco de la noticia y los periódicos se llenaron de titulares y hagiografías, celebrando su vuelta y colapsando nuestro servidor que nunca estuvo preparado para recibir más de ciento cincuenta visitas simultáneas.

Pero, como saben, desgraciadamente, Twitter no es ajeno a la polémica. Y pronto hubo usuarios y organizaciones que no vieron con buenos ojos que la primera persona en resucitar después de Jesucristo fuera casualmente un hombre blanco y heterosexual. Este hecho, en su opinión, suponía una prueba palpable de lo que siempre habían sospechado, esto es: que las presencias místicas en nuestro mundo demuestran una clara preferencia por las clases dominantes y por el género masculino, repartiendo en éstas la mayor parte de los milagros.

Y llamaron al boicot de nuestra página, Las vidas alternas que, aunque haya supuesto una multiplicación exponencial de nuestros usuarios, no nos agrada en absoluto. En primer lugar, porque siempre hemos querido triunfar por méritos propios. La calidad de nuestro trabajo ha de ser la que nos defina y no polémicas sobrevenidas con cuyo origen en ningún caso estamos relacionados.

En segundo lugar, nos gustaría señalar que Ernesto Bánegas NO es Nilo Fuster. Nilo Fuster sigue muerto, según sabemos, desde aquel día en que lo encontraron colgado del techo de su habitación y vestido con ropa interior femenina. Añadimos que la Iglesia Católica no debería preocuparse de que el Creador hubiera decidido santificar a un desviado.

En tercer lugar, señalar, que el hecho de que los milagros siempre se produzcan entre personas de clase alta es muy discutible. Ocurren todos los días en todas partes, la diferencia es que una tribu de un pueblo de África no dispone de un dispositivo móvil para grabar un milagro que esté sucediendo mientras que un habitante de clase media alta occidental sí, pudiendo colgar ese contenido en las redes sociales y haciéndolo viral en minutos, cosa que los miembros de la tribu no podrían hacer por no disponer de cuentas en ninguna red social.

En cuarto lugar, Nilo Fuster era un periodista siempre pegado a la actualidad. Todo lo contrario que nosotros. Nos define estar mal informados, completamente desplegados de la realidad y ausentes. Características que nos convierten en la élite de internet, haciéndonos ajenos al gran debate basado y fundamentado en el conocimiento y los hechos probados que impera actualmente en la red.

Así que solicitamos a todos los que nos han puesto en el punto de mira en los últimos días que nos dejen en paz, que sigan con sus vidas y nos ignoren, como tan bien han estado haciéndolo hasta este momento.

Respecto a nuestros seguidores habituales, aprovechamos la ocasión para enviarles un cordial saludo.

Atentamente,

Las vidas alternas

Editorial Ernesto Bánegas, La llamada extraterrestre, Las voces silenciosas, Natalia Ayuso, Nilo Fuster, Twitter

Nueva arcadia

2018-08-09

Nueva Arcadia

Todos fantaseamos con cambiar el mundo,
con ese discurso perfecto que modifica la realidad,
con pensamientos profundos,
hechos trascendentales y enfermedades incurables.

Te invitaron a aquella ponencia
y apuntaste un montón de ideas en tu cuaderno.
Estimulantes en la teoría
e inútiles en la práctica.

A todos nos gusta teorizar
sobre el sentido de la vida y equivocarnos.
A todos nos gusta teorizar
sobre los errores cometidos por los demás
y su escasa capacidad de adaptación a la realidad.

¿Dónde está tu ideología?
¿Me vendes los pedazos que te quedan?
Voy a crear una historia.
Transcurrirá en aquella sociedad perfecta,
que sólo existe en tu mente.

Porque,
si tan solo te hiciéramos un poquito de caso…

nueva arcadia

Luces Fragmento libre, Twitter

Senén no es Ernesto Bánegas

2018-05-10

Senén tacha las frases al principio de los textos.
Senén se llamaba Ramón Ramírez y le ha cortado el rabo a un perro.
Senén se comió a todos los dinosaurios, por eso se extinguieron.
Las autoridades sanitarias advierten: evite a Senén, su cercanía es mala para la salud.
Senén fue el primer productor de Hollywood que le dio una oportunidad a Adam Sandler.
Senén compuso we are the world, we are the children.
Senén es un ladrón, me lo ha robado todo.
Senén escribió la ley mordaza, para que no confundiéramos libertad y libertinaje.
Senén era el protagonista de El robobo de la jojoya.
Senén decidió que no aparecerían más desnudos en la revista Playboy; después le despidieron.
Senén mordió al primer animal que tuvo la rabia.
Senén fundo ETA, en un seminario de la Universidad de Deusto.
Experimental senéN escritura gusta lE.
Senén fue anterior al huevo y la gallina, sabe qué fue antes, pero nunca ha querido decírselo a nadie.
Senén antes votaba al PP, ahora vota a Ciudadanos.

Senén

Senén programó la pantalla azul del Windows.
A Senén le gusta la tortilla de patata con cebolla.
Senén puso de moda las riñoneras.
Senén trabaja como teleoperador en Vodafone.
Senén fundó la primera compañía dedicada a fabricar banners para Internet.
Senén es el manager de Los Morancos, Rappel y Jorge Javier Vázquez.
Senén es Ultrón.
Senén le clavó una lanza en la pierna a mi amigo Jesús.
Senén me ha obligado a escribir todas estas tonterías.
Todo el tráfico mundial de spam proviene de la dirección de Senén.
Senén destruyó la capa de ozono con tanto desodorante.
Senén ha sido el arquitecto de la Estrella de la Muerte y de Matrix.
Senén es el publicista detrás de hola, soy Edu, feliz navidad.
Senén es el personal shopper de Sergio Ramos.
Senén me ordenó que pusiera publicidad en mi página web.

Senén cree en Dios, pero no cree en la Iglesia.
El segundo nombre de Senén es Keyser Sooze.
Bueno, Senén tampoco cree en Dios.
Senén te va a poner dos velas negras.
Senén atendía el colmado de 13 Rue del Percebe.
Senén se mató aquí (en esta curva).
Senenito de mi vida, eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón.
Senén activó el doble check azul en el whatsapp.
Senén me contó el final de El sexto sentido.
Senén es un fantasma.
El final de serie favorito de Senén es el de Los Serrano.
Senén está hasta los cojones de esta entrada.
Senén es la identidad secreta de La Vecina Rubia.
Senén tiene colesterol y triglicéridos, poca broma.

Senén

Senén mejor podría dedicarse a hacer algo productivo en vez de escribir esta mierda.
Senén escribe todas las noticias de Yahoo Noticias.
Senén nunca se ha sentado en este banco con el hijo de Juan.
Senén no siguió una cadena de mensajes de correo y ahora vive veinte años de mala suerte.
La selección española se mantuvo en forma muchos años gracias a Senén(Cortegoso).
Senén prometió que este año terminarían las obras de la Sagrada Familia.
Senén quiere acabar con todo esto de una vez.
Senén no mantiene una relación con Rebeca Linares, eso es un invento de la prensa.
Senén quiere levantarse, tiene ganas de hacer pipí.
Senén le escribe los discursos a Mariano Rajoy.
Senén es tonto, su mujer insiste, es muy tonto.
Senén ha escrito tantas tonterías hoy que lo que menos le preocupa es el síndrome de la página en blanco.
Senén os dice: No leáis esto.
Que alguien detenga a Senén, por favor.

Senén

Senén ten piedad, Cristo ten piedad.
Senén no dibuja caricaturas de Mahoma porque es un cobardica.
Senén se va a cortar las venas.
Ahora Senén.
Senén ha provocado un pitido muy molesto.

Ernesto Bánegas

Noclasificables Albert Rivera, Despersonalización, Ernesto Bánegas, ETA, Iglesia Católica, La vecina rubia, M. Rajoy, Martes y trece, Marvel, Twitter

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