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Las vidas alternas

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Las vidas alternas

Etiqueta: Reflejos

Noche sin sueño de luna creciente

2019-06-12

Noche sin sueño de luna creciente


La sensación de no merecer me persigue
en esta noche sin sueño de luna creciente
en la que todos a la vez os aparecéis
en todos los rincones
para convencerme
de que sí hay una luz
al final del túnel.

Y yo, ni me lo creo,
ni me lo dejo de creer.
Prometo luchar a veces
y otras suelto una diatriba
sobre las ventajas de quedarme aquí,
quieto,
en concordancia con la línea
de la compasión y la destrucción.



Y eso es lo que estoy haciendo aquí,
en esta habitación de hotel.
Rodeado de pastillas,
Valorando la necesidad de llegar al fin de la noche
y cuestionándome la posibilidad
de quitarme de encima toda esta suciedad
que tanto contrasta con pulcritud y la impersonalidad
de estos muebles que me rodean.

Me gustaría gritar,
romper en mil pedazos los espejos,
todos los cristales de esta habitación,
sólo para evitar ese reflejo
donde me miro y veo algo muy distinto
a la persona que siempre me hubiera gustado ser.

Y sopeso la posibilidad de no salir nunca de aquí,
de no volver a ver de nuevo un amanecer.
Y fumo un cigarrillo tras otro
pensando en lo cerca y lo lejos que estáis
y lo poco que os dejo verme realmente.



Y pienso no merecer saber
que me recibiríais con los brazos abiertos,
porque por más que lo intente
no consigo explicároslo
nunca entenderéis que no soy más que la sombra de una mentira,
que hay pecados que llevo tatuados en tinta invisible,
pegados a mi piel,
ocultos para vosotros
que no tenéis presente el dolor
que sufrí al profanar mi piel con aquellas agujas,
ni que ahora me paraliza la vergüenza de mi desnudez
y el alcance del daño provocado.

Dónde estoy,
muy lejos de mí,
dentro del espejo,
como Alicia en el país de los desquiciados,
junto a ese conejo
que me susurra al oído
que si pude seguir el camino para llegar aquí
debería poder recordar también el de vuelta.

Quizá tomándome todas estas pastillas de golpe
lo pueda encontrar.



Pero algo ocurre o ya ocurría,
de repente, el humo del tabaco,
que cubre ya toda esta habitación
se va tiñendo con los rayos de sol
que entran entre las rendijas de las persianas.

Y, por fin, abro todas las ventanas,
dejo que salga todo el veneno
y decido, otra vez, intentarlo un nuevo día.

Y, desde el último piso de este gran hotel,
Imagino que puedo volar
y vosotras hacerlo conmigo.
Volar hacia delante, hacia un futuro
que, aunque sea incierto,
sigue siendo futuro al fin y al cabo.


 

Noche sin sueño de luna creciente

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Anhelo de imperfección

2019-06-03

Anhelo de imperfección

Beso tu boca quieta
sin atreverme a preguntar
qué es lo que escondes tras tu mirada
o cuan grande es el abandono
que sientes bajo tu sonrisa fingida.

Sé que te gustaría recorrer mis pensamientos,
convertirte en exploradora de ese terreno desconocido
y, sin embargo, tan vasto que te haría perder la cabeza.

A veces tengo la sensación de que mi dolor te duele a ti más que a mí.
Yo lo escondo, en un mundo inventado que ya no existe.
Y sólo siento tu dolor constante.
Y no sé si quiero que escapes o escapar.

Pero no puedo; nos une una leyenda:
aquella del hilo rojo
que nos ha unido incluso desde antes de nacer.
Y, aún así, sé que si aquello que nos ata llegara a quebrarse,
yo seguiría fingiendo que sigo atado a ti.

Porque con mis secretos cercanos al suicidio
y mi melodía incompleta,
sólo a ti me entrego.

Es como una pieza de Jazz,
donde todos los elementos parecen moverse sin control
y, sin embargo, hay un ritmo latente,
que se rige por los latidos de nuestros corazones.

No lo dudes: Soy tormenta, caos,
contradicción, adicciones y oscuridad.
Vivo en un mundo paralelo
regido por las reglas nacidas de la destrucción.

Y tú, el Big Bang, que lo remueve todo y le otorga un sentido,
el animal que lame mis heridas cuando no puedo caminar,
los abrazos que calman mi dolor constante
y los besos que saben a chocolate.

Un camino a la perfección,
un anhelo de imperfección constante pero dulce
como un narcótico que, de repente, falla en sus efectos
y me saca del sueño para recordar
que lo que tenemos aquí es lo único realmente importante.

Y es entonces cuando pienso en mandar a la mierda
a toda esta literatura enganchada a la soledad,
la desesperación y el narcótico sabor de la eutanasia.

Y te leo como el libro lleno de páginas subrayadas,
De frases magníficas que nunca me canso de leer.

Y se detiene la tormenta, llega el verano,
y tus sombras iluminan las mías.

Te necesito tanto como necesito tu boca moviéndose
con la mía en pasos de baile perfectamente coordinados.

Te necesito tanto, tanto, como para pasarme la eternidad
obsesionado con los secretos que esconde tu mirada.


 

Anhelo de imperfección

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Eutanasia

2019-04-05

Eutanasia

Delirios de luna llena

Esta madrugada una presencia me despertó,
alguien que me observaba mientras dormía
desde la otra esquina de la habitación,
una sombra, pero supe que eras tú
aunque mi mente me dijera que era imposible
porque llevabas cuatro años muerta.


Tortura

Cada mes que pasé a tu lado fue una tortura
y, cada día sin ti, un infierno.


Zombi

Me dijeron que te transportaba a las puertas del cielo
y aquel veneno se introdujo en mi carne
reproduciéndose rápidamente en mi interior.

Pronto alimentarlo se convirtió en LA NECESIDAD ,
mi único anhelo, dejarme llevar
alimento de mis delirios,
dulce sabor de la eutanasia.

Mil millones de veces supe que me destruía
y cada noche en la calle pensaba que sería la última.
Mil millones de veces dejaste de importarme
tú, y todos aquellos que acabaron simulando que yo les importaba.

Tal es mi degradación,
que ahora soy huesos y arterias marcadas en mi piel.
He dejado de tener sombra.
Me como mi orgullo
y lo vomito cada noche.

Veía cada día como era la muerte,
deseaba tanto poseerla.
Ése era mi delirio,
mi única necesidad,
convertirme en un zombi
necesitado de alimento.

Y, cada noche,
dormir en la calle.
Sentir el calor
que producen más de cincuenta grados de alcohol.
Y, al día siguiente,
volver a alimentar a la perca.


Eutanasia

Reflejos

En tantas noches de vívidos recuerdos
me reflejaba en un espejo roto,
partido en mil pedazos.

Nunca conseguí recomponerme
porque nunca supe,
de entre todos aquellos reflejos,
cuál era yo.


En el final

Al principio,
te di mi palabra de que siempre estaríamos juntos

Y en el final,
te di mi palabra de que volvería a buscarte.


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Y cuando la luna llena se convierte en cuarto creciente, dejas de imaginarme desnudo en tu cama y yo dejo de hacerte el amor, convirtiéndome en un viejo recuerdo condenado al olvido.

Noclasificables Adicciones, Desamor, Fantasmas, Reflejos, Trastorno Obsesivo Compulsivo

Compañía

2019-03-28

Desde algún lugar del este

De nuevo me encontraba en otra ciudad.
Las calles estaban desiertas
y yo buscaba un poco de compañía.
El cielo encapotado
y, las nubes,
oscurecían a medida
que se acercaban al horizonte.

Hacía un viento terrible,
estaba decidido a clavarse en mis huesos
y a destrozarlo todo a su paso.
No había empezado a llover todavía
pero se escuchaban algunos truenos lejanos.
De vez en cuando,
el cielo se llenaba de luz.

Y yo sólo buscaba compañía.
Me subí a aquel taxi.
Y el conductor me dijo
que conocía el lugar adecuado
a un precio
que cualquier hombre occidental
estaría dispuesto a pagar.

El taxi se detuvo
y entré en aquel portal
que parecía estar en ruinas.
Me recibió una mujer ya mayor
y me metió dentro de un cuarto.
Ahora pasarán las chicas dijo,
y fueron pasándose una a una,
en ropa interior, presentándose.

Tú me guiñaste un ojo
e hiciste un globo
con el chicle que llevabas en la boca,
te llamabas Tiffany,
y llevabas puesto el disfraz de Lolita.

Soy búlgara y muy divertida.
Yo no necesitaba explicaciones
porque ya había decidido:
compraría tu compañía.

Al principio te dije que sólo quería hablar
pero eras demasiado joven todavía,
para entender mi hastío,
la manera en que quería desaparecer
tan diferente a la tuya.
Yo quería esconderme
en la cueva de alguna montaña,
y tú querías desvanecerte en mil lugares
que nadie de tu vieja vida
supiera donde estabas nunca más.

Aquella misma mañana
entre el olor del café
y el humo del tabaco,
delante del ventanal,
habría firmado ser tu esclavo
a cambio de que te quedases
siempre junto a mí,
con tus ojos azules,
tu pelo hasta la cintura,
tu acento de algún lugar del este
y tu cara de niña.

Hubiera querido protegerte de todos aquellos hombres
pero yo también te había pagado.
También me había subido encima de ti
y, seguramente, conmigo,
también surgió el deseo
de que todo acabara cuanto antes.

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Tabaco

2019-03-25

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Nieve

Contigo llegó el invierno
y, todo lo que era,
se perdió en la nieve.

Porque me acostumbré
a tu frialdad,
tus silencios entre mis palabras.

Y a un cielo cada vez más nublado,
tanto que volar se convirtió
en un sueño inalcanzable.

No vi el sol durante cuarenta años,
y ahora que sale
no me creo su claridad.

Todavía veo sólo niebla
en los espacios abiertos.
Y soledad en mis fantasmas.

Un mundo en mis silencios,
segundos desaprovechados
en el tic tac de tu espera.

Humo

Mi amor siempre fuma
cuando nos metemos en la cama,
ronca mientras duerme
y creo que lo hace porque cree que me molesta
pero a mí me encanta que fume en la cama.

Mi amor, enséñame el pecho,
quítame parte de mi soledad,
te quiero como quieren los locos.
Y, cuando no me haces caso,
me escondo en lugares oscuros
y pago cuarenta euros
por un poquito de felicidad.

No fumes para molestarme,
enséñame las tetas,
con tu peinado moderno
y con un cigarrillo en la boca.

Porque yo te quiero como un demente,
como el mendigo de tus curvas que soy.
Te quiero entre el humo del tabaco
y me siento muy solo cuando te esfumas.

Tabaco

El verano

Me decías que no dejara el tabaco en invierno
que esperara a la llegada del verano
porque con el calor me resultaría más fácil,
cuando el sol aprieta y el humo ahoga.

En verano ya no estabas conmigo:
Te fuiste con un tal Ernesto Bánegas.
Que no era tan aburrido, triste,
ni dependiente de la nicotina.

Yo me quedé con el humo
en una gran casa vacía
con las ventanas cerradas
y, mientras el humo flota,
yo trabajo y trabajo,
intentando substituir a tu recuerdo
y convertir mi adicción en esperanza.

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