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Etiqueta: Onanismo

Transmutación del virtualismo

2019-03-19

Transmutación del virtualismo

Te despertaste a las tres
sin saber por qué.
Miraste por la ventana
y estaba lloviendo.
Volviste a la cama
y te encerraste
con tus sueños
en la habitación.

Nos conocimos aquella noche
cuando, harta de soñar,
entraste a las más sórdida de las salas.
Ninguno de los dos sabíamos
exactamente qué hacíamos ahí
aparte de entretener al insomnio.

Éramos sólo letras
que se reconocían
entre un mar de cables
y corrientes inalámbricas.

Nos dimos cuenta
de que podíamos reconocernos
en las palabras del otro,
incluso en sus silencios.
Y así empezaron a pasar las noches,
secreto tras secreto,
insinuaciones sinceras
y sexo telefónico.

La primera vez,
yo te dije que me excitaba
tu voz de profesora.
La mía, dijiste,
sonaba a la de alguien más mayor.
Y prometimos no enviarnos fotos,
no ir más allá ni enamorarnos,
sólo disfrutar de un momento
en que el uno era perfecto para el otro.

Las noches eran largas
llenas de confesiones,
graves sucesos,
pequeños misterios
y húmedos susurros.

Por la mañana,
nos levantábamos tarde,
muy tarde
y, lo primero que hacíamos,
era mover el ratón para comprobar
que el otro estaba despierto.

Seguía habiendo alguien al otro lado.
Todo un logro para una relación tan frágil.
Aquella que decidimos no alargar desde el principio
pero que se alargaba irremediablemente.

A veces te convertías en una niña
asustadiza que siempre se portaba bien,
otras en una mujer traviesa
que empezaba a masturbarse en medio
de conversaciones telefónicas sin importancia.

Cuántas veces me pregunté quien eras
y si eras real.
Cuantas veces me dijo aquella amiga
que sólo me veía sonreír cuando hablaba contigo.

Ahora que te pienso
me pregunto si seguirás siendo la misma
que baila canciones sola en su habitación
mientras te espío en mi habitación.

Hemos decidido romper todas nuestras promesas
y tu avión está a punto de llegar.
El día de mi cumpleaños,
pienso,
que la mujer más importante de mi vida
puede convertirse en un instante
en una extraña,
o que puede que haya elegido mal la ropa,
o no estar a la altura de mi imagen virtual.

Exploro las mil posibilidades de que esto vaya mal
pero sigo esperándote de pie quieto en el aeropuerto,
muriéndome de ganas de fumar, un cigarrillo tras otro.

Y pensando qué pensaras tú,
quizá si no es demasiado tarde
para que el avión de media vuelta.

Pero el avión está ya a punto de aterrizar.

transmutación del virtualismo

Transmutación del virtualismo

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Bosque / Morir en tu piel (mundos imaginados)

2019-03-15
Bosque

Bosque

Perdido en la espesura del bosque,
escucho el susurro de las hojas
entonando una melancólica canción.

La repito en mi mente, una y otra vez,
tratando de no olvidarla nunca
para poder transcribirla exactamente
tal como ellas la interpretaron.

Hubiera sido feliz con sólo llevarme
una ramita a mi casa, capaz de
concentrar el eco de aquel lugar.
Pero el bosque protege sus secretos
y nada de lo que allí pertenece
podrá salir con vida.

Llevo días andando,
tengo la sensación de ir en círculo
y, constantemente, me ronda la idea
de que quizá yo también
pertenezca ahora a este lugar.

Morir en tu piel

Morir en tu piel

Pegado a tu piel nunca pasa el tiempo,
podemos acostarnos de madrugada
y despertar besándonos lentamente.
Tu cuerpo me da la posibilidad
de vivir cada segundo una aventura diferente.
Es un universo insondable,
y cada uno de tus poros esconde
una galaxia: un laberinto,
una ciudad prohibida, un templo sagrado,
un pequeño mundo en guerra en el
que se enfrentan soldados de plástico de
diferentes colores y épocas, un jardín,
rodeado por hadas cuyas flores,
en una eterna primavera, aroman tu
cuerpo con el sabor de tu perfume
y un campo de hierba donde puedes tumbarte
y dejar que las hojas te acaricien lentamente
mientras tu mente viaja a una cataratas.

El agua choca contra mi piel
y yo contra la tuya.
Querría hacerlo hasta desaparecer en ella.
Quiero morir en tu piel,
no sin antes recorrer cada uno de tus mundos.
Quedarnos en el momento exacto antes de corrernos,
cuando te ruborizas y vuelves a ser una adolescente.
Cuando mi mente deja de explorar todos tus mundos
para perderse otra vez en tu mirada.

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Carta de Dios a los hombres

2019-03-11

Carta de Dios a los hombres

Suplicad, arrepentíos,
esconded vuestros más
puros deseos, detestadlos
avergonzaos, seguid
esta ley, la única,
podéis llamarla mía.

Vestíos, sentid
vergüenza de vuestros
cuerpos, Separad
lo público y lo privado,
no os mostréis
nunca tal como sois,
escondeos, detestad
el olor de vuestros
iguales, reprimid
vuestros instintos
masturbaos en silencio,
que no os escuche nadie,
que nadie sienta la
única presencia de vuestros
instintos insatisfechos.

Prometed obediencia
ciega, pelead en mi
nombre, ahondad en
vuestras diferencias
y, sin rubor, confundid
sinceridad con
violencia, seriedad
con castigo, respeto
con temor, temedme.

Discutid menudencias
pero nunca neguéis
mi ley, es la única
que puede dar sentido
a vuestras vidas
insignificantes.

Carta de Dios a los hombres

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Placeres inexplicables

2018-05-15

Placeres inexplicables

Soy la versión comercial y la censurada,
la edición bilbaína, la mallorquina y la japonesa.
El que existe y el que imaginas.
El que nació, murió y resucitó al tercer día.
El que se colgó en la cruz tantas ocasiones,
sólo para que le prestaras atención.
Músculos, huesos y grasa, mucha grasa.

Soy quien se activa cuando es de noche y pasa el día mirando al infinito.
El que desconoce a la persona que era ayer, hace diez años, en el albor de la existencia.
Aquél del que no te puedes beber su sangre; poblada de sustancias nocivas.
La persona que siempre quiere hacerlo bien e invariablemente se sale de la línea trazada.
Soy las creencias que te avergüenzan,
las mentiras que te repites antes de dormir.

Soy la pena,
el dolor y la nada.
Orden e inventor de horarios.
Quien sólo se avergüenza cuando tú no estás delante.

Soy santo y pecador,
vendo falsedad y salvación,
apartamentos en la Costa Brava
y coches de segunda mano.
La mayor estafa piramidal,
las esperanzas vanas,
los placeres inexplicables y delictivos,
el onanismo que juega al escondite,
el olor de tus escrementos,
la vida eterna,
el sabor metálico de la sangre de tus víctimas,
los miles de realidades ocultas,
las mujeres de vida disoluta,
el desamor al que te aferras,
el alcoholismo persistente,
la ludopatía destructora de entrañas,
el tabaquismo que adorna quinientos tipos de cáncer,
la violencia policial,
el terrorismo ciego, creencias desesperadas,
el sexo como vehículo de infecciones,
los números rojos,
móviles de última generación,
la venta a plazos,
y el estigma de las clases populares,

Inventé el intelectualismo
las canciones del verano,
el sentido de la vida
y la mentira a la que te aferras.

Reniega de mí,
te someteré a las peores torturas.
Puedo destruirte de un sólo golpe
pero lo haré poco a poco,
como hago conmigo,
pues te cree a mi imagen y semejanza.

placeres inexplicables

Sombras Carácter Destructivo, Destructor de entrañas, Onanismo, Sangre

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