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Las vidas alternas

Los que no vivieron

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Las vidas alternas

Etiqueta: Klee

Oxígeno

2019-02-19

Oxígeno

Conviertes mis defectos
en nuestras virtudes.

Tú eres el oxígeno
recorriendo mis arterias.

Eras la sonda que recorría
el espacio exterior
en busca de vida inteligente.
Y me encontraste a mí.

Eres la emoción,
la vida en su máximo esplendor
y yo el espíritu autodestructivo.

No somos el día y la noche
sino las tinieblas iluminadas
por la luna llena
y una tormenta de meteoritos.

Destrozan todo a su paso,
Provocan grandes maremotos
y hacen que caigan
los más grandes edificios.

Somos lo contrario a una humanidad aterrada.
Una mañana de domingo,
sentados en la azotea de algún edificio,
disfrutando del espectáculo.

Somos los que siempre
encuentran un camino
entre las ruinas.

Eres mi apoyo.
Quien perdona mis pecados
e insiste en seguir hacia delante.

Soy el guardián de tus malos pensamientos.

 

Oxígeno

Un conjunto de proyectos,
errores y promesas incumplidas.

Sólo contigo
tengo la sensación
de ser capaz de todo.

Porque eres también,
el oxígeno,
que alimenta todas mis letras.

Eres el mejor sabor
cuando me metes
la lengua en la boca.

He aprendido, con el tiempo,
a saborear tu sexo.

Puedo olerlo tantas veces,
cuando te acercas a mí.
Y tú no te das ni cuenta.

Y, por muchas veces que nos aboque al desastre
cada día iniciamos una nueva revolución.
Masacramos palabras,
destrozamos armonía
y gritamos hasta quedarnos sin oxígeno.

Eres, deja que te lo explique mejor
porque cuando te miro
veo caer la arena de los relojes
cayendo a diferentes velocidades,
enanos voladores de color verde,
los ríos caminando hacia el mar
y criaturas alimentando a sus crías.

Eres la luna que ilumina a Marion Cotillard
en Midnight in París.

El Angelus novus que observa el mundo,
catástrofe tras catástrofe.
Reconstruyendo todas ellas,
generando nuevas ilusiones.

Eres todas las pinturas
desde Saturno devorando a su hijo
hasta el beso de Klimt.
Las puertas del cielo,
una nueva deidad.

Eres, esta vez te lo digo yo a ti,
mi otra mitad.
Mi deseo irrenunciable.

Mi único amor sincero,

El resto de los días que me quedan por vivir.

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Imperativo

2019-02-02

Imperativo

Estoy construyendo un cohete.
Para ir a las estrellas.
Para acercarme a ti.

Esta mañana en el parque
me enseñaste unas hojas.
Volaban de una manera peculiar.

Me ordenaste mil veces
que no las intentara coger.
Con esa manera que tienes
de pedir las cosas.
Porque las niñas,
la primera forma verbal que aprenden
es el imperativo.

Y aún así, cada vez que te ven
todos los árboles del parque
aplauden con sus ramas.

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Me gusta que me llames a todas horas,
aunque a veces sienta el deseo
de enviarte a otra dimensión
al menos un par de horas.

A veces te engaño.
Porque no me canso de que me pidas
que te lleve en brazos a todas horas.
Y a veces te castigo prohibiéndote cosas
que, en definitiva,
no te iba a dejar hacer.

Porque es más fácil,
me siento menos culpable.
Porque me paso el día
pensando:
¿Cómo lo hago?
¿Quién quiero ser realmente para ti?

Sólo tengo una cosa clara:
eres mía,
siempre lo serás,
pase lo que pase,
incluso aunque, a veces,
me saques de mis casillas
siempre me dolerá verte sufrir.
Me sentiré inútil e impotente.

Imperativo

Pero sólo hasta que se te pase la rabieta,
te abraces por debajo de mi cintura
y me sonrías como si nunca hubiera pasado nada.

Y, entonces, me olvido de todas las veces
en que me sacas de quicio,
de cuando te da por saltar encima de la cama
cuando mamá y yo todavía estamos acostados,
de la historia interminable
que protagonizas cada vez
que te ponemos un plato encima de la mesa,
de los lloros que parece que no van a terminar nunca
y de las facetas de mi vida anterior
que ya apenas recuerdo.

La sangre no tira,
no es ningún imperativo,
la sangre no sabe lo que es querer,
sólo pasearse entre venas y arterias,
llegar al corazón e iniciar el viaje de nuevo.

Tú eres quien tira de mí,
porque permíteme ser pesado,
siempre serás mía,
siempre seré tuyo,
siempre seremos los tres una familia.

Harás cada día algo que nos haga sonreír
o reír abiertamente.
Nos sorprenderás con tus razonamientos.
Nos desesperaras cuando te olvides de los colores.
Sufriremos cuando estés enferma.

Y, todo eso, todo lo que he dicho antes,
no importa,
hemos renacido contigo.

(Nota: Estas líneas no sólo van dedicadas a ti, sino también a quien ha sabido perdonarme y seguir adelante, y a mis padres, que a pesar de todas mis complicaciones siempre han estado ahí. Os quiero. )

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Frases sueltas, aburrimiento mortal

2018-09-21

Frases sueltas, aburrimiento mortal

Conozco el miedo.
También la culpa.
Las noches infinitas.
El dolor en tu mirada.
El daño que provoca el alcohol.
Y el deseo de terminar.

Sé por qué te fuiste.
Las palabras se clavan como cuchillas.
No nos dejan descansar.
El agua que no limpia.
Cuando nos sentimos sucios por dentro.

Las nuevas vidas.
Siempre insatisfactorias.
Las voces silenciosas.
Que no dejan de machacarme.
El dolor autoinfringido.
Me visita cada mañana.

La imaginación omnipresente.
Que dibuja mi realidad.
Las vidas alternas.
Cuántas llevo ya.
El miedo a los monstruos.
El miedo a tu mirada.
Las heridas ocultas.
En realidad no quiero que desaparezcan.

Los peluches.
Un lugar al que huir.
El escondite donde pueda abrazarte.
Otro trago de vodka.
Magdalenas amargas.
Eterno retorno.
Pensamientos vacuos.
Razonamientos sin sentido.
Aprehender el sufrimiento.

La casa que explotará.
Olvidé cerrar el gas.
También parar mi pensamiento.
Y ahora no puedo dejar de escribir.
Frases sueltas.
Aburrimiento mortal.

Los rostros extraños.
Nunca sabes lo que piensan.
Cuándo querrán ayudarte.
Cuándo querrán hacerte daño.
A quién odias.
Aquí sólo estás tú.

El cigarrillo que se consume.
Las píldoras de felicidad.
La fragilidad de un niño.
Que luchaba con gigantes de queroseno.
La máxima velocidad.
A la que vuelan mis pensamientos.

Esta noche.
En algún momento cerraré los ojos.
Tumbado en mi rencor.
Un animal herido.
Un accidente automovilístico.
Una espada bien afilada.
Mis perfectas pesadillas.

La verdadera oscuridad.
En mi cámara hiperbárica.
El tumor y el bisturí.
La comunicación imperfecta.
Una pequeña dosis de anestesia.
Y entonces me desconecto.

aburrimiento

Luces, Sombras Carácter Destructivo, Culpabilidad, Despersonalización, Klee, Pesadillas, Recuerdos, Sangre

Buenas noches

2018-08-14

Buenas noches

Buenas noches,
nuestro encuentro
sería el fin del mundo,
aunque nunca le des me gusta
a lo que escribo
y seamos sólo palabras en la oscuridad,
más allá de las nubes negras
que dibujan un cielo pesimista.

Buenas noches,
hoy mi creatividad se dispara,
me convierto en aire
y me cuelo por debajo de tu puerta.
Te hago partícipe de multitud de pecados.
Nos quemarán en la hoguera.

Buenas noches,
hoy me siento capaz
de destruir nuestro universo,
a pesar de tus falsas plegarias,
sobre el tiempo y la distancia
que es sólo una puerta abierta,
un beso en los labios.

Camino despacio para no despertarte,
bebo, quizá demasiado,
para no olvidarte.
¿Puedes escuchar mi deseo
a través de las paredes?

Olvida nuestro mundo,
convirtámonos en otra cosa.
Librémonos de nuestros perseguidores,
camuflados en el humo de un cigarro.
Seamos el fuego que abrasa
todos los centros comerciales.

Seamos accidentes en todas las carreteras.

Buenas noches,
no sé si sigo despierto,
pero ahora estás junto a mí.
Puedo escucharte respirar,
observar
la manera encantadora
en que colocas los labios
cuando duermes.


Negocio con el diablo
para que me venda tu alma,
o la cambie por la mía.

Nos merecemos un infierno
de convivencia y locura,
mascotas de carbón
que se deshacen por la noche.

Despiertan dragones con dos cabezas,
que nos queman las entrañas
e intentan robar nuestra libertad
mas Berlín nos pertenece.

Bajan las estrellas a visitarnos,
queman y deshacen a los condenados.
Nos bañamos en su sangre,
cobijados en su luz,
despertamos en la tierra
más allá del sueño,
y tus ojos como platos
no se apartan de mí.
Esperan algo,
imposible saber qué.

Esta cama nos pertenece,
y buenas noches,
dulces sueños,
descansa tranquila
que yo vigilo en mi vigilia
mientras duermes
vestida de tormenta.

buenas noches

Luces Klee, Reflejos, Sangre

Mi inexistencia

2018-07-24

mi inexistencia

Soy un robot. El sueño eléctrico de una computadora. Serie de decisiones racionales y planeadas. No sudo, no siento el frío ni el calor, no sufro. Mi voz sólo está distorsionada cuando no lo está. Cuando intento imitar la tuya en un vano esfuerzo por comprenderte.

Mis manos son tenazas. Tus sentimientos se me antojan excesivos. Pienso que es porque no existe el concepto de pérdida cuando no tienes nada aparte de un conjunto de tareas programadas. Me han programado para no fallar. Desconozco el deseo de pasarse el día en la cama, el mal olor, el pánico, la nausea.

A veces, cuando no tengo nada que hacer emito un sonido parecido a un grito que retumba en las montañas. Nadie lo escucha, nadie contesta. Da igual porque nunca he conocido a nadie. Ni siquiera sé por qué lo hago. Debe ser un error de programación. Un proceso demonio descontrolado y molesto. Pero, si hubiera algo que me gustara creo que, de todo lo que hago, lo que más sería esto: Subirme a la cima de la montaña y gritar, como si pudiera sentir el aire en mi rostro. Sentir como el recolector de basura poco a poco va eliminando todos esos procesos que se quedaron enquistados entre mis fusibles. No sirven para mejorar mi productividad.

Hoy cenaré aceite y cenizas. Puede que a vosotros no os parezca gran cosa pero para mí es un manjar. Un pájaro vuela de un lado a otro, absurdo derroche de energía y, en el suelo, mi creador parece desconectado.

En una ocasión me dijo que los hombres un día se desconectan, cuando pierden toda la energía. El mundo existía desde antes que ellos y existirá después. Me dijo que quizá nosotros conseguiríamos superar eso. Según mi intérprete de expresiones faciales lo decía con cierto orgullo. Sin embargo, desde mi punto de vista, eso no tiene ninguna importancia.

Sin pararme a pensar en ello algo me impulsa de nuevo a salir a la montaña. Un pájaro vuela en dirección al horizonte. Le sigue mi lamento electromagnético.

Con él puedo viajar a través de las montañas.

mi inexistencia

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