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Riley Reid y su (tal vez improbable) complejo de Electra

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2023-03-16

Riley Reid

“God isn’t real. Now go jerk off to my porn”
Riley Reid

Riley Reid

Empecemos con una obviedad: el porno es una industria que mueve millones y crea miles de puestos de trabajo para chicas que estén dispuestas a vender su cuerpo, tal vez también su intimidad, delante de una cámara. Quizá sea sólo esa cámara lo que diferencia su profesión de la prostitución, no sé, no voy a abrir ese debate de momento. Pero no nos vayamos por las ramas y dejemos una cosa clara: hay miles de actrices porno rubias, morenas, de ojos azules, marrones, verdes, uno de cada color, tatuadas, operadas, maduras, con labios hinchados por el botox, delgadas, entradas en carnes, intelectuales, frikis, dispuestas a hacer sólo escenas lésbicas o a llegar al límite de lo aceptable en la forma que son humilladas, degradadas o maltratadas.


Entre todos esos terabytes de contenido prohibido, imágenes, vídeos, parafilias y lluvias no sólo de semen, es difícil destacar. Los hombres lo suelen hacer por su dotación, claro. Pero las mujeres… Es otra historia. Literalmente, otra historia, porque deben contárnosla no sólo delante de una cámara con su cuerpo, su cara, su voz lujuriosa y sus gritos de placer, sino también deben hacerlo detrás. Si no, que le pregunten a Sasha Grey que, en el mundo del porno se hizo famosa por la profundidad en el arte de la felación y por pedirle a Rocco Siffredi que le pegase un puñetazo en el estómago mientras se la practicaba. Hubo incluso quien hablaba de la nueva Jenna Jameson y, sin embargo, su popularidad aumentó cuando confesó al mundo que le gustaba leer y escribir y que su intelecto iba más allá de lo que normalmente se considera adecuado para una chica del porno, ya que estas no pasan de bitches, whores o stupid girls.


A partir de ahí su carrera pasó por otros derroteros trabajando como actriz en películas notables como The girlfriend Experience del director Steven Soderbergh y Open Windows, proyecto internacional de nuestro Nacho Vigalondo. Después inició el camino que tantas mujeres han iniciado después de las 50 sombras de Grey, es decir, la escritura de una trilogía de novela erótica e, incluso, ha acabado dando charlas en colegios para promover la lectura.


Pero no hemos venido aquí a hablar de ella, ni de Mia Khalifa, la actriz amenazada por el terrorismo islámico por haber protagonizado una escena con el hijab, convirtiéndose en un símbolo de la libertad contra el fundamentalismo que le catapultaría hacia una carrera de éxito en los programas. Tampoco de Monique Alexander, que combina su faceta de actriz porno con los programas de radio y televisión hablando de educación sexual.


Hemos venido a hablar de Riley Reid y a preguntarnos en primer lugar, el porqué de su reinado en un mundo repleto de veinteañeras con cuerpos semiadolescentes como ella, de sus 2,3 millones de seguidores en Twitter y 2 millones en Instagram. Vamos a hablar de la razón que le ha convertido en un icono y un mito y, también, un poco de su vida privada, del deprecio y el rechazo que ha tenido que sufrir por parte de su familia por su profesión.


Riley Reid

Si echas un vistazo a la Wikipedia obtendrás unos pocos datos. Nació en Miami Beach, Florida el 9 de julio de 1991. Pasa de los 30 años aunque no los aparente y en el imaginario colectivo siga siendo esa jovencita, girl of next door que, tal como pudimos ver en el ¿documental? Hot Girls Wanted, se trata de un perfil ampliamente demandado por la industria del porno. Su nombre real es Ashley Mathews, ha ganado multitud de premios AVN por su trabajo y ha participado en más de 1400 escenas entre películas y sitios web como Brazzers, Naughty America, Bang Bros, etcétera.


Riley responde al mito de lolita, no respondiendo a la descripción que se hace del mismo en la película homónima de Stanley Kubrick como a la de la canción Moi… Lolita, gran éxito pop de los noventa, que convirtió a Alizée en una estrella: la jovencita con pantalones vaqueros y malas notas que no tiene la culpa de que los hombres se lancen sobre ella en cuanto la ven. Se trata de la víctima perfecta, pero sólo por una razón: desea serlo.

Milan Kundera decía que el flirteo o la coquetería eran una propuesta de sexo sin garantía. En el caso de Riley Reid, su sonrisa pícara, es una garantía de pecado, porque cuando alguien intenta seducirla significa que ella ya lo ha hecho. Dirá el lector que no podría ser de otra manera en el mundo del porno, con razón, pero así como otras actrices se muestran como víctimas del deseo masculino, ella no lo es. Ella lo sabe, ella maneja la situación, por más dura que acabe siendo la escena.

Y esto es todo lo que tengo que decir de ella como actriz porno o como trabajadora sexual. No creo que haga falta una descripción pormenorizada, ni siquiera añadir una escena, porque quien así lo desee puede dejar un rato de leer este artículo y, cuando vuelva más relajado y dispuesto a la reflexión, retomarlo a partir de su página de twitter:




La foto de su perfil ya es toda una declaración de intenciones, ese dibujo con una gorra comiéndose un plátano básicamente de un bocado. Después, en la foto de la página una interesante reflexión:


“Yo: Existo.
Instagram: Has violado nuestro acuerdo de términos y condiciones
”.

Riley es una estrella, insistimos, con más de dos millones de seguidores. Hay muchos actores de cine, digamos convencional, que se cortarían un brazo por conseguir esa cifra y, sin embargo, sigue siendo de algún modo despreciada. No se trata de términos y condiciones, sino más bien de términos morales. Como decía Amarna Miller en una interesante entrevista en Jot Down, sobre las escenas de sexo explícito en el mundo del arte:


“Depende de cómo se cuente y cómo se planteen los personajes. Igual que en una película normal el sexo gratuito estorba y no tiene que ver con la trama, pero si se va construyendo una situación en la cual los personajes lo están buscando y al final sucede a mí sí me parece que puede aumentar la calidad literaria. Me parece hipócrita que se omita el sexo en todas las obras supuestamente artísticas, como si el sexo perteneciera a otra área del conocimiento y fuera sucio, turbio y moralmente reprobable”.


Hay directores que ya han superado esto, como lo hizo Michael Winterbottom, con un resultado irregular en su película Nueve canciones. Pero el caso de Riley va más allá, incluso de ella, porque es el hecho de ser una trabajadora sexual es lo que la convierte en sucia, turbia y moralmente reprobable. Viven en un mundo donde el feminismo todavía no ha planteado de una manera abierta y sincera el tema de la prostitución. Donde muchas corrientes quieren imponer una opinión propia sobre el tema, rechazándolo del plano y, lo que resulta más grave en mi opinión, sin permitir, sin dar voz a aquellas personas que se ganan la vida de esta manera.


¿Qué es lo que quieren las trabajadoras sexuales? Apenas lo sabemos. Lo que sí sabemos es que, más allá de su trabajo, Riley Reid tiene una voz, tiene opiniones propias que le convierten en una mujer inteligente y empoderada. Sí, utiliza su cuenta de Twitter para promocionar su inevitable OnlyFans y sus vídeos porno, pero también para dar sus opiniones sobre teatro, relaciones con hombres de mayor edad, sobre cómo conseguir su independencia económica sin depender de nadie o de la necesidad de controlar el tiempo que pasamos en Internet o en las redes sociales.


Watched The Social Dilemma & you should too if you haven’t. You should also consider changing your phone routines so you don’t spend so much time on social media apps. I know, cliche bc I’m using twitter to inform you of this but thats all I have to connect with you.

— Riley Reid (@rileyreidx3) April 7, 2022

No voy a citar tweet a tweet estos temas, no me interesa hacerlo. Me interesa hablar de Riley y su complejo de Electra. Un complejo falso, por supuesto, no más que una metáfora de la manera en la que ha sido menospreciada y despreciada por su familia porque el sexo es sucio e inmoral. Lo es aunque todos lo consumamos. Aunque lo encontremos en todas partes y sea un negocio que mueve millones por todo el mundo.


Riley tuvo este tweet fijado durante bastante tiempo:


God isn’t real. Now go jerk off to my porn.

— Riley Reid (@rileyreidx3) March 18, 2019


¿Recordáis lo que decía Amarna Miller? Riley destroza ese argumento en una frase, no el de Amarna sino aquel que menosprecia el sexo, de diez palabras que traducidas vendrían a decir: “Dios no existe, así que mastúrbate con mis vídeos”. Déjate de chorradas, el sexo está y siempre va a estar ahí. ¿Tienes una necesidad? Satisfácela, deja la moralidad a un lado, porque sólo es un constructo social que te oprime, que nadie te diga que disfrutar es malo, está prohibido o que tienes que esconder ante los demás.
Durante siglos hemos vivido el sexo como un pecado, no cometerás actos impuros dice el sexto mandamiento, que se ha utilizado como excusa para defender que el sexo sólo ha de ser utilizado para la procreación. Por eso Dios castigó a Adán y Eva a avergonzarse de su desnudez, no debes morder la manzana, no debes saltarte las reglas. No puedes vivir de acuerdo con tus propias reglas.
Por ese motivo, el padre de Riley, fanático religioso la ha rechazado en público varias veces. No es el pecado, es la incapacidad de algunos de permitir a los demás vivir su propia vida como le dé la gana, bajo el imperativo de múltiples ideologías, algunas religiosas, otras que pretenden serlo y otras que no lo son en absoluto.


La ruptura de Riley con Dios le permite, como diría Walter Benjamin caminar entre las ruinas. Es una mujer empoderada, casada y con un hijo que no ha dejado de ejercer su profesión. ¿Una víctima del patriarcado? A mí no me lo parece. Es una mujer de su tiempo que vende su imagen por Internet pero: ¿Por qué su faceta de influencer es menos lícita o legítima que la de Chiara Ferragni?



Y ahora, pienso en lo que escribo y me imagino como una tortuga patas arriba, me contradigo diciendo que Riley Reid sí es una víctima del patriarcado. Lo es por su complejo de Electra, porque ha intentado buscar la aprobación de un padre que la desprecia incluso públicamente. Y es por ello que en la descripción que da de sí misma en las redes es que es atea. El mismo motivo por el que más de una vez les ha dicho a sus seguidores adolescentes que no se preocupen que, también a escondidas, sus padres ven el mismo porno que ellos.


La hipocresía de los argumentos de Riley Reid y Amarna Miller no viene del libre ejercicio de su libertad, sino de la supuesta consideración del porno de Internet como una expresión artística. Porque ya no se hacen películas como Tras la puerta verde, verdadero festival de escenas psicodélicas, como Latex de Michael Ninn, fábula futurista y virtuosa reflexión sobre cómo limitamos nuestro deseo sexual o cualquier película de Andrew Blake, que, con estética de videoclip, consigue crear universos hipnóticos y sugerentes que verdaderamente te atrapan más allá de la paja rápida.


Ellas viven (o vivieron, ya que Amarna ha dejado el negocio) del sexo encorsetado, de las páginas de fetiches: sexo con mi niñera, sexo con mi profesora, infidelidad, sadomasoquismo o vídeos de casting verdaderamente asquerosos donde la sexualidad se confunde con el maltrato, la degradación y la humillación. Escenas unidimensionales donde el cáncer no se haya en el tabú del sexo, sino en la excesiva simplificación del mismo y la cosificación de las trabajadoras sexuales.


Riley Reid puede ser ella misma en Internet. Puede dar sus opiniones, pero éstas están escondidas entre multitud de videos promocionales en plan ¿en qué agujero me la meterías? Por lo que su personalidad y su discurso se desvanecen dando paso a un nihilismo cada vez más presente en todas las capas de la sociedad.


Las fake news y las pajas rápidas provienen de la misma fuente. De aquellos que quieren mostrarnos un mundo a la medida de nuestros deseos, nuestros fetiches más allá de toda empatía o sentido de la reflexión. Mal llamados periodistas que difunden noticias falsas. Mal llamadas feministas para las que las trabajadoras sexuales deberían no existir y, si lo hacen, mejor en la clandestinidad, en los límites, en aquellos lugares en los que no se tenga en cuenta su opinión, dándoles el mismo valor que les dan los consumidores de porno utilizando expresiones como le ha dado lo suyo a esa zorra.


¿Alguien recuerda el famoso vídeo de Rebecca Linares con Max Hardcore? Seguro que la mayoría no han leído las declaraciones de ella diciendo que se había sentido violada y vejada:

“He rodado con ese tipo y la realidad que fue unos de mis peores días de mi vida, estoy avergonzada de ese trabajo debido a que ese tipo no me guardo respeto alguno y no volveré a trabajar con el, casualmente lo vi hace 2 días y el muy cerdo me mandaba besitos dios que asco, a quien le agrada mi trabajo le agrada verme gozar, te afirmo que en esa escena no disfrute nada y me entristece suponer que gente que le agrade, desee verme en esa circunstancia“.


En definitiva se trata de crear el hombre y la mujer unidimensionales que sólo ven el mundo desde su propia esquina, incapaces de aceptar que puede haber cosas en el mundo que no son de su agrado, convencidas de que se trata de aquello que debería no existir. Se trata, en fin, del capitalismo y la cultura del consumidor donde nos meten estímulos constantes con una cuchara haciéndonos sentir superiores engordando nuestro ego sólo en base a la idea de que tenemos siempre la razón, a la ilusión de que un famoso podría ser amigo nuestro por dar un like a uno de nuestros tweets o por seguirnos en Instagram y a la idea descabellada de que Riley podría tener el mínimo interés de practicar sexo con cualquiera de los sudorosos espectadores de sus omnipresentes vídeos.



  • Mamá(III)
  • Mamá (II)
  • Mamá
  • Sueña conmigo
  • Con el izquierdo

Cine


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Estímulos

2018-11-28

Estímulos

Nos preguntamos si éste es el mundo que deseamos para nuestros hijos cuando ni siquiera es el que deseamos para nosotros. Nos cuesta reconocer que no tenemos control alguno sobre la realidad; las cosas pasan y nosotros intentamos adaptarnos. Ayer paseaba con mi hija por El Corte Inglés y, de repente caí en la cuenta o, mejor dicho, me caí del guindo. Pretendiendo pasar un rato en familia y hacer un par de compras en el supermercado la estábamos sometiendo a una miríada de estímulos de los que le era imposible escapar. No es extraño que pidan cosas sin control. Lo que sería realmente extraño es que no lo hicieran.

Mientras, nosotros tratamos de educarles. Enseñarles que no se puede tener todo lo que se desea. Sin darnos cuenta de que caemos en la misma trampa. No queremos que tengan un móvil. Pero nosotros sí que lo tenemos, y a través de él podemos acceder con facilidad a un amplio abanico de compulsiones consumistas y adicciones. Ignoramos el valor del dinero porque ni siquiera lo vemos y porque siempre hay alguien dispuesto a prestarnos más, prestamos a tipos de interés abusivos que aceptamos porque no hay nada peor que encontrar la fuerza de voluntad necesaria para ignorar todos esos estímulos.

Puede que Carlos Sobera haya tenido que aceptar hacer tantos anuncios de microcréditos y casas de apuesta online por un problema de ludopatía. Y tenga tantas deudas que no haya podido hacer otra cosa que ponerse en manos de los usureros. El círculo se cierra mientras ve como su imagen pública se hunde en el fango. O, puede, y es lo más probable, que ni siquiera le importe, que considere que sólo interpreta un papel, que carece de cualquier tipo de responsabilidad. Porque él es sólo un estímulo, otro más, lo mismo que nosotros, cuando nos exponemos en las redes sociales a cambio de likes.

Probablemente llegue el momento aterrador en que mi hija me diga que quiere ser un producto. No con esas palabras, claro, pero querrá ser famosa ante un grupo reducido de personas. Podemos serlo para nuestros seguidores, e incluso usarla, poner fotos de ella tan mona a sus tres añitos para obtener más me gustas. Mientras no tan oscuras compañías analizan cada uno de nuestros movimientos para recoger nuestros datos y convertirlos en publicidad a medida que recibiremos en nuestro móvil, nuestro correo electrónico, que aparecerán en nuestras páginas favoritas para permitirnos comprar unos pantalones sin ni siquiera salir de casa.

No importa el motivo por el que quieras ser famoso. Al sistema le es indiferente incluso si tu objetivo es derrocarlo. Que uses sus medios para hacerlo es ineficaz. Querrás tener más seguidores, más respuestas, más mensajes privados. En definitiva, más datos que almacenar y manejar. La guerra de lo políticamente correcto, el intento de definir qué es la izquierda es sólo música de fondo. Avanzamos tan rápido que es imposible realizar una teoría útil para el objetivo de la liberación humana. Porque un mundo que no podemos definir es un mundo que no podemos transformar.

estímulos

Manifiesto Carlos sobera, Facebook, Instagram, neoliberalismo, Twitter

Comedias de Situación

2018-04-29

Comedias de Situación

“Hasta un reloj roto da bien la hora dos veces al día”
Tony Soprano

Comedias de Situación

Convendrán conmigo en que podríamos situar el acta fundacional de lo que ha venido a denominarse época dorada de la televisión en 1999 con el estreno de Los Soprano. Desde sus títulos de crédito la serie de David Chase consiguió revolucionar el mundo de la televisión, y esa revolución continuaría pocos años después con David Simon y The Wire, la que el mes pasado en la votación de mejores series realizada por los críticos de esta redacción, obtuvo el primer lugar como mejor serie de la historia.

Yo no estoy muy de acuerdo con eso pero, por favor, sigan leyendo, empecemos:




Se desechó el término de industria del entretenimiento, lo denostaron, era sólo televisión y, justo en ese momento HBO comenzó a poner su sello antes de los títulos de crédito, queriéndonos decir que aquello no era televisión, era la HBO, y es entonces cuando comenzamos a hablar de productos culturales, de creadores y de fenómenos de culto.

La programación comenzó a diversificarse, siguiendo las directrices marcadas por unas estrategias de mercado que acabó por romper en mil pedazos la unidad de las familias entorno a la caja tonta. Aparecieron productos culturales dirigidos a un público concreto, porque no se trataba ya tanto de conseguir grandes datos de audiencia como de captar a espectadores de altos niveles culturales y económicos que no sólo dejaran de despreciar la mayor parte de lo que se emitía en la televisión sino que pudieran permitirse pagar los productos premium de las compañías que podían generar mucho dinero en publicidad. Ya no importaba el número concreto de televidentes sino las características sociológicas de los mismos en términos de renta.

Hoy en día además, con la gran proliferación de pantallas consecuencia del desarrollo tecnológico se ha hecho posible que en una familia de cinco personas se estén viendo cinco programas diferentes. Porque ya no sólo tenemos la televisión convencional, no estamos en esa época en que el padre, madre, abuelo o abuela deciden que todo el mundo tiene que ver el parte. Es más, se pasó del parte a la plataforma (Netflix, HBO MAX, Disney+, Prime Video, etc) plataformas con contenidos culturales, con contenido propio de series, películas y documentales que nunca vas a poder ver en ninguno de los trescientos canales de tu televisión por cable.

Y no sólo eso, también llega el impulso de las redes sociales, de esos jóvenes y no tan jóvenes que se pasan el día consumiendo contenidos a través del móvil en plataformas como Youtube, Tik Tok o Instagram, donde los adolescentes o los llamados influencers, se pueden convertir en estrellas, sin ejecutivos ni asesores pero sí con regalos de compañías que creen que conectan con el tipo de público al que quieren vender sus productos.

Incluso el tipo de porno ha cambiado con la aparición de OnlyFans donde las actrices y actores porno pueden crear sus propios contenidos y venderlos directamente sin pasar por las webs de contenido para adulto como Brazzers o BangBros. Eliminando intermediarios, con la posibilidad además de recibir propinas o regalos de sus listas de Amazon por parte de sus fans, lo que crea esa ilusión de una mayor cercanía.

Ahora las cadenas saben si usted es o no su público objetivo y, en muchas ocasiones, saben que ni conecta ni le agradan los contenidos que emiten pero, sinceramente, les da igual: usted no forma parte de su nicho de mercado.

Mejor centrarnos y decir que en el mercado de series actuales proliferan cada vez más la profundidad y el manierismo, los cliffhangers que no necesariamente nos tendrán esperando hasta la semana que viene: como ya no existen los horarios podemos pasarnos las tardes y madrugadas viendo un capítulo tras otro, haciendo un maratón que dicen. Y los community managers fomentan el debate en Twitter, que es el lugar donde nace la expectación y se desarrollan las diferentes corrientes de opinión.

Si bien hace un tiempo la radio, la televisión o el cine ejercían de aglutinadores donde toda la familia disfrutaba de un programa (por ejemplo, el Un, Dos, Tres o, incluso, Gran Hermano), de la película de la semana o de grandes acontecimientos deportivos, hoy se ha convertido en todo lo contrario; la proliferación de pantallas nos lleva a un mundo en el que, tanto los niños como los adultos, ven programas hechos a su medida y que difícilmente fomentan cualquier tipo de conversación entre los hijos y sus padres.

Si hace un tiempo me hubieran dicho que triunfaría gente como Ibai o el Rubius jugando desde su casa a un juego de ordenador consiguiendo así que miles de espectadores se sentaran delante del ordenador para ver como lo hacen no me lo habría creído. Pero ellos tienen su cota de popularidad como la de los niños y preadolescentes que ven a pequeños influencers jugando con muñecas o comiendo todo tipo de chucherías sin control, convirtiéndoles así en unos esclavos de los estímulos, en ojos que visionan un mundo irreal e irresponsable, educándoles en hábitos de consumo y, más tarde, de estilo de vida al que la mayoría no podrá aspirar con la aparición o potenciación de Síndromes de Filiación Cultural como la anorexia, la bulimia o el hikikomori, que aumentan su sensación de angustia y soledad, provocan suicidios o depresiones y hábitos de medicación que los mayores aceptamos porque, en fin, el niño con la pastilla se porta mejor


Comedias de situación

Usted y yo rondamos los cuarenta, y pertenecemos a una generación de individuos que en su juventud tenían que recurrir a los libros para definirse como consumidores de productos culturales, que lucharon por promover su individualidad y curiosamente acabaron obsesionados con una cultura uniforme que retorna una y otra vez a la niñez y a la adolescencia.

Dentro de veinte años, para los que ahora tienen veinte, será muy difícil encontrar un referente tan efectivo como El Equipo A o El coche fantástico, porque no hay horarios ni series de referencia, porque si el niño da el coñazo podemos entretenerlo con una tableta o dejarle pasar las fotos que tenemos alojadas en nuestros dispositivos móviles. No vemos lo que nuestros hijos ven, ni les educamos en valores a través de las historias de las que disfrutan, simplemente les damos una pantalla que les permite meterse en su mundo y, a nosotros, “descansar” de su compañía y ejercer de manera inapropiada nuestras tareas como padres.




Los mejores hombres del ejército americano ya no lo dejan para hacerse soldados de fortuna. Sus intenciones no son tan claras como antes, sus caracteres mucho más complejos; esto no es entretenimiento, son cosas que los niños no entienden.

La nostalgia es un arma. No lo digo yo, lo decía Astrud. En los ochenta David Hasselhoff molaba de verdad y todos, en algún momento, nos referíamos a nuestro coche con el nombre de Kit. Se llevan los ochenta, pero no en un sentido estricto, vuelve la historia esta vez como parodia en la mayor parte de ocasiones, pero también en forma de sentido homenaje en películas como Super 8 o series como Stranger Things (1).

A nosotros también nos manipulan, nos cercan en ese nicho de mercado de la chorrada de Yo fui a EGB, para que podamos presumir de que había una época en la que sí había creatividad, no como la actual que bla bla bla.

Quizá con el paso de los años perdamos en intensidad y ganemos en vergüenza ajena. Yo alucinaba cuando veía a aquellos extraterrestres comiéndose nuestras ratas. Aprendí a desconfiar de la gente del espacio, que casi nunca nos revela sus verdaderas intenciones. Y así aquel que parecía un buenazo, acababa convirtiéndose en Freddy Kruegger, el monstruo que reinaba en nuestras pesadillas.

Comedias de situación



Nuestras pesadillas. Los sueños compartidos. He podido comprobar que, si hago una encuesta entre personas que me llevan tres o cuatro años, la imagen que normalmente se les venía a la cabeza antes de dormir era la de un vampiro arañando el cristal.



Escogimos caminos diferentes, pero juntos llegamos a los noventa, época en la que todos conocíamos al dedillo los entresijos de la relación de Ross y Rachel. Les vimos declararse y romper mil veces y decidimos que en los noventa las que debían reinar eran las comedias de situación, porque nos emocionábamos con ellos, sobre todo con Chandler y Monica.

Comedias de situación



No es que no existieran antes ni que no existan después, ahí están Los problemas crecen o Cheers y, treinta años después, The Big Bang Theory o Como conocí a vuestra madre, pero yo recuerdo que me alimentaba de ellas. Daban alguna a todas horas y, aunque de diferente temática, todas acababan siendo similares. Veía Búscate la vida, Padres Forzosos, Cosas de casa, El príncipe de Bel Air, Matrimonio con Hijos, De repente Susan, Roseanne, Frasier, Seinfield, Primos lejanos y otras muchas que no recuerdo ahora.

Sé que usted y yo no éramos de Sensación de Vivir ni de aquella continuación, Melrose Place, cuyo nombre no recuerdo sin esfuerzo. Nos gustaban las comedias de situación, las clásicas, las que reunían una serie de elementos característicos:

Se centraban en las vivencias de un pequeño grupo de personajes cuyo límite era de cinco o seis, ya que no solían durar más de veinte o veinticinco minutos (2).

La trama, a pesar de existir un trasfondo de vivencias acumuladas, empezaba, se desarrollaba y terminaba en un último capítulo y, al final, todo volvía a la normalidad.



Se desarrollan en pocos escenarios: una casa, un bar o una oficina. Y las puertas nunca se cierran.

Cuando se enfrentaban a algún problema o trataban de saber por qué alguno de los otros personajes se comportaban de manera extraña, nuestros protagonistas recurrían siempre a las soluciones y elucubraciones más disparatadas.

¡La mayor parte de los personajes eran básicamente egoístas, al menos en lo que se refiere a la mejor tradición del género (3).

Las comedias de situación no han desaparecido ni desaparecerán, ya que existen pocos géneros que hayan profundizado tanto y con tanto acierto en la naturaleza humana. No obstante, han pasado a un segundo plano. ¿El motivo? Pues creo que se trata de que, como usted y yo sabemos querido lector, al referirme a la naturaleza humana me refiero a la de los demás, a aquellas personas que no pueden evitar tropezarse varias veces con la misma piedra, entregarse al amor aunque éste le haga sumergirse una y otra vez en las situaciones más humillantes que pueda imaginar o engañar a sus amigos haciéndoles creer que nuestros actos buscan su beneficio y no el propio.

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Nosotros no somos como ellos. No nos dejamos engañar, seríamos incapaces de perdonar a ese amigo una y mil veces, aunque de algún modo nos satisfaga esa concepción inmanente de la amistad y del amor. Aunque nos derritamos cuando ellos se besan por fin, después de darle varias vueltas durante varios capítulos. Porque no creemos que exista nuestra media naranja, pero en la ficción dos personas sí que pueden estar predeterminadas, y perdonarse todo, desde una infidelidad hasta que sus celos provoquen que te echen del trabajo o algo peor.

Porque la redención no existe. El desarrollo de los personajes, tan necesario en nuestros productos culturales, tampoco. La gracia está en que nada cambie, o en que todo lo cambie para que nada lo haga. En saber que el protagonista, lo quiera o no, es un desastre y cuando vuelva a encontrarse en la misma situación, volverá a hacer lo mismo, volverán a perdonarle y volverá a divertirnos.

Que al final todos acabaremos juntos porque seguimos siendo una familia, y en una familia todo se perdona.

Comedias de situación


(1) La segunda temporada es un coñazo, no la vean.

(2) En este caso hay que señalar que las series españolas son la excepción, ya que en el caso de las más exitosas como Siete Vidas o Aquí no hay quien viva la duración llegaba a ser casi de hora y media, y los nombres en el reparto casi ilimitados. Supongo que esto se debe fundamentalmente a dos factores: la necesidad de entregar al espectador un producto que le tuviera entretenido hasta la media noche y la tradición española de las comedias corales en el cine.

(3) Lo que no quita que, en algunos casos, se utilizara el contrapunto. Por ejemplo, en Primos lejanos, donde el primo Larry era el urbanita contaminado por la cultura occidental y Balki Barkotomous el ingenuo inmigrante que siempre acababa dándole lecciones con su generosidad y ausencia de intenciones ocultas en todo lo que hacía.

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Hacia una filosofía del conocimiento universal

2018-04-11

Hacia una filosofía del conocimiento universal

“Lo que no se puede decir, no se debe decir”
Mariano José de Larra, título de un ensayo homónimo

Hacia una filosofía del conocimiento universal


Hacia una filosofía del conocimiento universal

Si lloras por no ver el sol las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. Mario Casas sube a Instagram una foto sin camiseta y las redes enloquecen. Yo tengo muchos amigos gays. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. La gente que verdaderamente ama la música sólo la escucha en vinilo. De mayor quiero ser como Belén Esteban que es una chica de barrio que dice lo que piensa. Hay que trabajar y ganar menos para salir de la crisis. Las redes sociales están acabando con las relaciones humanas. Los jóvenes de ahora no se movilizan. El ecosistema de Apple hace que sus productos sean mucho más eficientes que los de la competencia . Los adolescentes se pasan el día enganchados al móvil. La izquierda sólo vale para gobernar en momentos de bonanza económica. Ni machismo ni feminismo: igualdad. Sé que a la mayoría de vosotros tampoco os ha gustado esta película, le ponéis puntuaciones tan altas sólo por parecer más inteligentes. La cuestión de la sangre con el RH negativo confirma sólo que este pueblo antiguo tiene raíces propias, identificables desde la prehistoria como sostienen investigaciones de célebres genetistas. Yo no me someto a la dictadura de lo políticamente correcto. Gran Hermano revolucionó la historia de la televisión en España. Hablar catalán es fácil, sólo tienes que quitarle el final a las palabras. El ser humano es el único animal que toma leche a lo largo de toda su vida. La movida no existió, solamente se trató de una operación propagandística del PSOE. Los andaluces tienen un gran sentido del humor. Dudo que escuchar música indie-hipster mejore mucho tu altura cultural. Soy muy fan de Camela. Todas las películas españolas tratan de la guerra civil. En Mallorca se puede ir a la playa cualquier día del año. El paro descendió en ocho puntos el mes pasado y se ha producido un repunte del 0,3% de los contratos indefinidos. Hoy analizaremos todos los errores que comete Blanca Suárez al hablar de feminismo. Calladita estás más guapa. El sudor de los negros huele más fuerte. Me han cambiado la vida, esa gente no tiene nada y es mucho más feliz que nosotros. No soy machista, yo ayudo mucho a mi mujer en las tareas del hogar. La transición española fue modélica. El lobby farmaceútico se gasta millones al año en desacreditar a la medicina natural. Sé que lo que voy a decir no es políticamente correcto pero hay estudios que demuestran que los blancos son más inteligentes que los negros. La gente es muy falsa. La Solución Mineral Milagrosa cura el 90% de las enfermedades. Sólo debes pensar en ti, en nadie más. Partido Socialista Obrero Español. En Madrid todos son fachas. Cataluña y Euskadi están a años luz del resto de España. Nos preocupa mucho la falta de libertades en Venezuela. El hábito hace al monje. Yo prefiero a un negro, negro, que hable euskara que a un blanco que lo ignore. No existe una trama Gürtel, es una trama contra el PP. El estado de las Autonomías está obsoleto. El problema de las feministas es que no quieren la igualdad sino tener privilegios frente a los hombres. Hemos conseguido en dos semanas lo que no conseguimos con Felipe González en 13 años. Hay muchos inmigrantes que viven de las ayudas sociales que les da el Estado sólo por ser inmigrantes. El problema de la sanidad española es que los que más la disfrutan son los extranjeros. Hay más casos de violencia doméstica hacia hombres que hacia mujeres, pero el Gobierno falsea las estadísticas para no parecer políticamente incorrecto. Carles Puigdemont recupera el espíritu de Nelson Mandela y Rosa Parks. Las personas que murieron en accidentes de coche por ir a visitar a sus parientes a la cárcel son víctimas de la política penitenciaria del Estado Español. El Régimen del 78 está agotado. En épocas de crisis es mejor votar a la derecha porque llevan mejor la economía. Una guerra civil les haría falta. La mayoría de las denuncias por violencia machista son falsas. Éste no es un proceso por corrupción es un proceso contra el Partido Popular. No estoy en contra del matrimonio homosexual sino de que se use la palabra matrimonio, deberían utilizar otro término para describirlo. Fue un misil y no un avión lo que se chocó contra el pentágono. A veces me da reparo entrar en un ascensor, imagina que hay una chica con ganas de buscarte las vueltas, se arranca el sujetador o la falda y sale gritando que le han intentado agredir. Los actores deberían dedicarse a hacer cine y no meterse en política. Esta película no pasaría el Test de Bechdel. Arden las redes. El problema de los gitanos es que no quieren adaptarse a nuestras costumbres. El derecho a tu libertad de expresión termina ahí donde empieza mi derecho a no sentirme ofendido. Franco hizo muchas cosas buenas. Los moros se meten mucho con nuestra religión pero si tú te metes con la suya ya verás que pronto te sacan la navaja. Los niños tienen pene y las niñas vagina, que no te tomen el pelo. Mi mayor fantasía es follarme a una mujer embarazada. Cuando mi padre me pegó una bofetada me enseñó algo importante: el Respeto. Los videojuegos son los verdaderos responsables del tiroteo en el instituto. Por lo que has dicho pueden meterte en la cárcel por injurias a la corona. La Iglesia Católica acogerá en su seno a todos los homosexuales que no se acuesten con hombres. Todos los estados democráticos han emprendido acciones de guerra sucia cuando se han visto amenazados por el terrorista. El asesinato de un escolta puede considerarse un accidente laboral. Aquella chica entró voluntariamente en el portal porque quería tener sexo en grupo y sin protección con cinco desconocidos, después se arrepintió y los denunció. Ese monstruo merece ir a la cárcel por los chistes que ha hecho sobre Carrero Blanco. No voy a decir que apoye la política de Israel pero poco más se puede hacer con los palestinos. El semen entra por el recto y en vez de encontrarse con un óvulo se encuentra mierda. Todos los hombres son unos cabrones. Todas las mujeres son unas putas, excepto mi hermana y mi madre. Explícale a la madre de ése niño que su asesino no merece la prisión permanente revisable. Se habla mucho de los asesinatos de ETA pero muy poco de las torturas en los cuarteles. La guardia civil traficaba con heroína en el País Vasco en los ochenta para acabar con una juventud comprometida. En España no hay presos políticos, hay políticos presos. En España existe la libertad de expresión. Los familiares de las víctimas del franquismo se acuerdan de desenterrar a su padre sólo cuando hay subvenciones. Algún día sabremos la verdad sobre el 11-M. Los nacionalistas persiguen los mismos objetivos que ETA, lo que significa que también apoyan sus métodos. Comer verdura cura el cáncer. Os metéis mucho con la iglesia católica pero con los musulmanes no os atrevéis. Si alguien dice una palabrota sobre mi madre puede esperarse un puñetazo. Je suis Charlie. Todas las víctimas son iguales. Un refugiado sirio violó a una mujer. Un hijo adoptado mató a sus padres adoptivos. El problema del Estado Islámico sólo pasa por una única solución: aniquilarlos. Las vacunas provocan autismo. Qué no se repita la historia porque igual acaban como Companys. Sólo deseo que la violen en grupo.

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