Skip to content

Las vidas alternas

Los que no vivieron

  • Newsletter
  • Contacto
Las vidas alternas

Etiqueta: Feminismo

Esperando

1
2019-02-21

Esperando

La cenicienta se aburre,
no ha sido invitada al baile.

Blancanieves no se despierta,
ni siquiera con los besos de mil príncipes.

Rapunzel nunca sale de su torre
y no llega a descubrir el porqué de los farolillos.

Elsa construye un castillo de hielo
que nadie nunca encontrará.
Se quedará ahí a vivir para siempre
atrapada,
como el resto de las princesas.

La sirenita ya no aspira a una vida
fuera del mar,
no descubrirá nuevos mundos
ni conocerá el amor.
Se pasará la vida esperando.

Como esperando se queda la princesa en el castillo.
El príncipe se muestra incapaz,
no puede acabar con el dragón.
Se burla de él,
disfruta del mero hecho de tenerla atrapada
y sueña con coleccionar princesas
mientras busca nuevos mundos que arrasar.

Coo los soldados que descubrieron el nuevo mundo.
Encerraron en una jaula a Pocahontas
junto con toda su familia.

La misma compañía de tantas princesas
que se pasan la vida esperando.
A que empiece el colegio.
A entrar en el instituto.

Esperando que acabe la tortura
de los mensajes en las redes sociales
y las palizas grabadas en los cuartos de baño.

 

Esperando

 

Esperando conocer un hombre que las valore por sí mismas.
Tener su primera cita, su primer orgasmo.
Disfrutando sólo de esperarlo.
Al tiempo que espera que él venga a casa,
borracho y de mal humor,
soportando los insultos,
los estallidos de rabia.

Esperando el nacimiento de sus hijos,
nueve meses,
mientras recibe los primeros golpes.

Él le pide perdón demasiadas veces
y ella espera que alguna de ellas sea la definitiva.
Sueña con el borracho,
tirado durmiendo en el sofá
un golpe seco en la cabeza,
después otro,
y otro más,
y otro más.

Arrastrarlo al jardín,
donde las ratas buscan comida.
Hasta que al fin desaparezca.

Pero los sueños, sueños son.

Sus hijos crecen y se van de casa.

Esperando a subir en las listas para ir a una residencia
con la espalda destrozada de fregar platos.
Compartiendo habitación con él,
que pierde la memoria
y es cada vez más dulce
y más dependiente.

Esperando entre esas cuatro paredes.

Esperando.

Entradas sugeridas:

Viento del norte

Ocho de marzo

La fragilidad de las Torres Gemelas

Habitaciones blancas

La computadora

Entrada en poémame

Relato, Sombras Desilusión, Destructor de mundos, Feminismo, Princesas

La utopía destructiva

2018-10-05
Utopía: La humanidad que merece su destrucción

Siempre fui más de la opinión de D.H. Lawrence. Debemos continuar, por muchos cielos que se hayan derrumbado. Es el único sentido que le encuentro a la existencia. La supervivencia sobreponiéndose a una miriada de catástrofes cotidianas, de precisos momentos en los que todo cambió.

Y, sin embargo, a pesar de mi convencimiento, no puedo evitar, a veces, sentirme contagiado del virus posiblemente más dañino de la existencia humana. Me posee, me provoca grandes fiebres, mañanas de mantas y noches de euforia. Estimula mi inspiración y, como una musa maligna, escribe por mí esos textos que suenan tan bien. Aquellos de los que, en el fondo, no estoy especialmente orgulloso. Porque confunden realidad e imaginación.

La utopía. Corre por mis venas como las corrientes sucias y pestilentes que arrasan las calles en una inundación. Me convence de que puedo articular un discurso claro, razonable y consecuente. El discurso que cambiará tu manera de pensar. Que se propagará por la red, será traducido a todos los idiomas que existen y nos hará a todos un poco más felices.

Conseguiré crear una nueva existencia en la que ya nadie sentirá la necesidad de sufrir.

 

La utopía

 

El término fue acuñado por Tomás Moro. En su libro se refería a una isla creada por el rey Utopo, cuya organización se caracterizaba por tres principios fundamentales: la racionalidad, la uniformidad y un sistema de gobierno basado en la gerontocracia y el patriarcado.

Como se suele decir, Tomás Moro fue un producto de su época y los detalles con los que describió esta isla no son otra cosa que un reflejo de su visión de los problemas de la sociedad. Pero a mí lo que más me llama la atención es la uniformidad: todas las ciudades tenían prácticamente la misma extensión, todas las casas eran iguales, así como el perfil de los líderes: hombres de una cierta edad.

Esta uniformidad era la base de todo. Por mucho que existieran esquemas políticos que evitaran la tiranía y el gobierno estimulase la libertad de culto y el respeto a las diferentes corrientes de pensamiento e incentivase la sensibilidad artística entre sus ciudadanos, la uniformidad es el dogma. Unas mismas condiciones para todos los ciudadanos (excepto para las mujeres, claro está) constituirían el ingrediente principal de la fórmula de la felicidad.

Más allá de la visión de Tomás Moro, el concepto de la utopía ha ido evolucionando y alimentando los grandes movimientos por la liberación humana, como pueden ser el comunismo, el anarquismo, los nacionalismos o el feminismo. La mayoría de estos movimientos a pesar de sus posibles sinergias o convergencias han establecido un marco único en el que se daría dicha liberación. En el comunismo se trataba de la dictadura del proletariado, en el anarquismo de la abolición del estado, las leyes y la propiedad, en el caso del nacionalismo la aplicación sin límites del derecho de autodeterminación y, en el del feminismo, la consecución de una igualdad real entre hombres y mujeres que superase las diferencias de género.

Dejando de un lado el feminismo, provisto de tantas corrientes que hacen que resulte muy difícil establecer un único escenario final. El resto de movimientos propugnan siempre una necesidad, lo que Bakunin llamó en su momento la “educación de las clases populares”. Los nacionalistas en su caso hablarán de la “construcción nacional”. En definitiva se refieren no a otra cosa que la necesidad de una élite que muestre el camino al pueblo.

Y los elementos del mismo que expongan opiniones diferentes estarán alienados o serán llamados traidores, o simplemente, como sucede en muchos nacionalismos, radicales o moderados, se les negará su condición de pertenencia a la comunidad.

Algún cínico podría decir que el odio es el precio que tenemos que pagar por la consecución de la felicidad.

 

La utopía neoliberal y el fin de la historia

 

El caso es que todos estos movimientos propugnan esquemas en principio cerrados en los que tendrá lugar dicha liberación. Porque incluso el neoliberalismo fue definido por Pierre Bourdieu como una utopía en vías de realización, señalando que dicho sistema, abrazado como un dogma por organizaciones como el FMI, el Banco Mundial o la OMC no es otra cosa que “una pura ficción matemática fundada, desde su origen, sobre una formidable abstracción, que, en nombre de una concepción tan estrecha como estricta de la racionalidad, identificada con la racionalidad individual, consiste en poner entre paréntesis las condiciones económicas y sociales respecto a las normas racionales y de las estructuras económicas y sociales, que son la condición de su ejercicio”. Más allá del engaño intencionado que esconde este dogma, en él se representa de nuevo la idea utópica de que una organización basada en normas racionales podría ser aplicable a cualquier contexto o lugar.

El triunfo de esta visión del mundo viene garantizado por contar entre sus fieles seguidores con los poseedores de “todas las fuerzas de un mundo de relaciones de fuerza” y sicarios en las instituciones políticas dedicados solamente a crear las condiciones necesarias para que este sistema sea posible. Y, es por eso, que en el contexto de la caída del Muro de Berlín y del fin de la utopía soviética, surge un ensayo como “El fin de la historia” de Francis Fukuyama que, a pesar su evidente etnocentrismo y falta de rigor consigue una publicidad inaudita sólo por afirmar que la útopía ya se ha cumplido, porque el sistema capitalista ha vencido al no quedar ya sobre el tablero ningún competidor que pueda hacerle sombra. Con lo que concluye que la historia ha terminado.

Pero el neoliberalismo sigue aludiendo a un futuro en que, gracias al libre comercio, conseguiremos un crecimiento sin fin, ignorando las contradicciones que se producen en su interior y la violencia inherente al propio sistema, ejercida constantemente contra las clases populares más desfavorecidas que son las principales perjudicadas cuando se produce algún desajuste en un sistema ya de por sí basado en la desigualdad.

 

El carácter destructivo

 

Pero si definimos la historia como la consecución de la utopía me temo que ésta nunca llegaría a su fin. El Ángel de la historia, como lo definía Walter Benjamin era sólo el testigo paralizado de una serie de catástrofes que se sucedían una tras otra. Incapaz de deshacer lo hecho, de detener las injusticias o de dar la voz a los más desfavorecidos.

También es interesante la redefinición que hizo el autor del concepto de utopía o, más concretamente, interpreto yo la reflexión acerca de su inutilidad. No se trata de crear una sociedad perfecta, sino de la destrucción de todo aquello que provoca las injusticias o la insatisfacción entre las clases más oprimidas. En palabras del propio autor: “Al carácter destructivo no le ronda ninguna imagen”. Porque no importa tanto lo que venga después como la destrucción en sí, porque: “destruir rejuvenece, ya que aparta del camino las huellas de nuestra edad; y alegra, puesto que para el que destruye dar de lado significa una reducción perfecta, una erradicación incluso de la situación en que se encuentra. A esta imagen apolínea del destructivo nos lleva por de pronto el atisbo de lo muchísimo que se simplifica el mundo si se comprueba hasta qué punto merece la pena su destrucción”. El autor coloca la destrucción en el núcleo central de su discurso. Nuestra necesidad de destruir aquellas estructuras que nos oprimen y no nos dejan respirar. La necesidad de combatir y erradicar las injusticias. Sin otro propósito concreto más allá de darnos la oportunidad de poder caminar entre las ruinas de lo existente, entre las que será posible hallar caminos por todas partes.

 

La confusión siniestra

 

Fukuyama tenía razón en una cosa: hoy en día no existe ningún sistema o ideología que aglutine por sí solo la fuerza suficiente como para hacer sombra al capitalismo. La izquierda se ha dividido en infinidad de movimientos a veces incompatibles entre sí. Por ejemplo, los movimientos ecologistas o antibelicistas pueden chocar con grandes partidos de izquierda preocupados de mantener los puestos de trabajo en ciertos sectores. Un ejemplo claro de ello es Cádiz, donde la producción de armamento militar para países con regímenes crueles y totalitarios se ha convertido en el principal medio de subsistencia de gran parte de la población.

La izquierda se enfrenta cada vez más a decisiones fatales en las que ha de escoger entre abandonar a su base social y traicionar sus ideales. Por otro lado, se le han ido pegando vicios de la derecha basados en la negación de la realidad, donde no se mira la realidad tal cual sino tal cual querríamos que fuera, negándose a legislar en temas como la prostitución que sigue siendo objeto de debate, incluso dentro del feminismo.

Mientras la derecha se dedica a buscar enemigos o promocionar teorías más o menos estrafalarias como las de Pinker o puramente reaccionarias como las de Sartori, recientemente fallecido, la izquierda se pierde en los detalles incapaz como es de ofrecer una alternativa o un nuevo modelo de sociedad.

Quizá sea mejor. Que el debate se centre en las decisiones concretas. En los problemas que afectan a la población. Porque lo cierto, es que en una sociedad de clases endeudadas pero aun así razonablemente acomodadas, resulta imposible plantear una ruptura con el régimen actual.

 

El fin de la historia

 

El debate se ha vuelto confuso. Los movimientos son cada vez más, sustituidos por una marea de opiniones. Las redes sociales han cobrado vida propia y empieza a ganar importancia no la realidad en sí, sino los sentimientos, nuestra idea de cómo debería ser. Y por eso sólo consumimos las opiniones que apuntalan nuestra manera de pensar, independientemente de su veracidad. Porque la realidad, el verdadero sufrimiento han dejado de importar. Ahora sólo importa justificar a los nuestros.

La utopía sigue existiendo. A ratos. Guardando las formas. Hoy ningún líder político saldrá a decirnos que otro mundo es posible. Por lo menos no nos lo dirá en serio. Las nuevas repúblicas son sólo duran segundos. Las personas están cada vez más polarizadas, pero también aisladas. Los problemas se resolverán en un futuro.

Pero el problema sigue ahí. El odio. Al traidor. Al diferente. No nos importa cómo se sienta la persona que hay delante. Ni sus motivos. Ese rencor crece y crece. Se busca un enemigo y uno de los bandos debe ganar. Se cebará sobre su oponente. Vendrán catástrofes futuras.

Y el ángel de la historia sigue observando, impertérrito, como los imperios se levantan y después caen, como la guerra lo convierte todo en ruinas.

Y a la humanidad sólo le queda la opción de seguir adelante, por muchos cielos que se hayan derrumbado.

utopía

Manifiesto Angelus Novus, Bárbara Ayuso, Carácter Destructivo, D. H. Lawrence, Destructor de mundos, Feminismo, Francis Fukuyama, Giovanni Sartori, Mijail Bakunin, Pierre Bourdieu, Steven Pinker, Tomás Moro, Utopía, Walter Benjamin

Prostitución: Una irrealidad compleja

2018-09-08
Prostitución: Una irrealidad compleja

Dicen que no pueden consentir que exista un sindicato de prostitutas porque son un gobierno feminista. Que ellas les metieron un gol por la escuadra, por lo visto, porque la mejor manera de defender sus derechos es impedir que tengan voz. No vaya a ser que su discurso no se pliegue a las necesidades del progresismo más moralista.

El discurso paradigmático de ciertos sectores de la izquierda que rechazaban la socialdemocracia, consistía en decir que las políticas socialdemócratas no eran otra cosa que parches o tiritas que se ponían para garantizar la existencia del sistema. Mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos no se veía como algo positivo, por la sencilla razón de que cuanto más miserables fueran las condiciones de vida de la clase trabajadora más probable era que ésta concentrase sus esfuerzos en la revolución y el cambio de régimen.

En una hipotética sociedad comunista se resolverían las contradicciones del sistema capitalista, así como la prostitución desaparecerá en una sociedad en que se pueda declarar extinto al hetereopatriarcado. ¿Y mientras tanto? Pues parece que lo mejor es marginarlas. Impedir que se organicen, que reclamen sus derechos o que consigan mejores condiciones laborales. Todo ello porque determinados sectores no podrían soportar la idea de que la prostitución es un negocio.

La prostitución no debería existir. De acuerdo. Como tampoco debería existir la explotación laboral. Pero existe y existirá, independientemente de nuestra ideología o preferencias morales. Negar la realidad no nos ha servido de nada, afortunadamente. No le ha servido a la iglesia con la homosexualidad, el aborto o el divorcio. Porque existían personas cansadas de no tener voz, de tener que esconderse, de percibir la crítica, a veces silenciosa a veces violenta, de una sociedad que, finalmente, es incapaz de renunciar a sus privilegios y construir un escenario más justo en el que el reconocimiento de los derechos económicos y sociales no fuese un conjunto de frases utópicas plasmadas en documentos jurídicos sino una realidad.

No queremos un sindicato porque no queremos prostitutas que puedan levantar la cabeza sin sentir vergüenza, conscientes y combativas. Y lo escondemos tras las mafias o decimos que la mayoría se han visto obligadas a adoptar esta profesión, como si no hubiera una mayoría obligada a aceptar trabajos que les denigran. Es más fácil que estemos todos unidos en la lucha contra el heteropatriarcado o el liberalismo, en la lucha contra la criminalidad despiadada de las mafias esclavistas, si empezamos a reconocer su derecho a ocupar el espacio público con igualdad de condiciones respecto a otros grupos. Si les dejamos expresar libremente su visión de la realidad, sus necesidades y problemas cotidianos.

Ayudar a alguien implica encontrar una solución juntos a sus problemas, no imponerles nuestra visión del mundo. No permitirles formar un sindicato me parece una política paternalista, en la línea de una izquierda que pretende politizarlo todo únicamente en términos de dar lecciones morales y no de cambiar las estructuras que perpetúan un sistema violento basado en la desigualdad.

prostitución

Manifiesto Feminismo, OTRAS

Hacia una filosofía del conocimiento universal

3
2018-04-11
Si lloras por no ver el sol las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. Mario Casas sube a Instagram una foto sin camiseta y las redes enloquecen. Yo tengo muchos amigos gays. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. La gente que verdaderamente ama la música sólo la escucha en vinilo. De mayor quiero ser como Belén Esteban que es una chica de barrio que dice lo que piensa. Hay que trabajar y ganar menos para salir de la crisis. Las redes sociales están acabando con las relaciones humanas. Los jóvenes de ahora no se movilizan. El ecosistema de Apple hace que sus productos sean mucho más eficientes que los de la competencia . Los adolescentes se pasan el día enganchados al móvil. La izquierda sólo vale para gobernar en momentos de bonanza económica. Ni machismo ni feminismo: igualdad. Sé que a la mayoría de vosotros tampoco os ha gustado esta película, le ponéis puntuaciones tan altas sólo por parecer más inteligentes. La cuestión de la sangre con el RH negativo confirma sólo que este pueblo antiguo tiene raíces propias, identificables desde la prehistoria como sostienen investigaciones de célebres genetistas. Yo no me someto a la dictadura de lo políticamente correcto. Gran Hermano revolucionó la historia de la televisión en España. Hablar catalán es fácil, sólo tienes que quitarle el final a las palabras. El ser humano es el único animal que toma leche a lo largo de toda su vida. La movida no existió, solamente se trató de una operación propagandística del PSOE. Los andaluces tienen un gran sentido del humor. Dudo que escuchar música indie-hipster mejore mucho tu altura cultural. Soy muy fan de Camela. Todas las películas españolas tratan de la guerra civil. En Mallorca se puede ir a la playa cualquier día del año. El paro descendió en ocho puntos el mes pasado y se ha producido un repunte del 0,3% de los contratos indefinidos. Hoy analizaremos todos los errores que comete Blanca Suárez al hablar de feminismo. Calladita estás más guapa. El sudor de los negros huele más fuerte. Me han cambiado la vida, esa gente no tiene nada y es mucho más feliz que nosotros. No soy machista, yo ayudo mucho a mi mujer en las tareas del hogar. La transición española fue modélica. El lobby farmaceútico se gasta millones al año en desacreditar a la medicina natural. Sé que lo que voy a decir no es políticamente correcto pero hay estudios que demuestran que los blancos son más inteligentes que los negros. La gente es muy falsa. La Solución Mineral Milagrosa cura el 90% de las enfermedades. Sólo debes pensar en ti, en nadie más. Partido Socialista Obrero Español. En Madrid todos son fachas. Cataluña y Euskadi están a años luz del resto de España. Nos preocupa mucho la falta de libertades en Venezuela. El hábito hace al monje. Yo prefiero a un negro, negro, que hable euskara que a un blanco que lo ignore. No existe una trama Gürtel, es una trama contra el PP. El estado de las Autonomías está obsoleto. El problema de las feministas es que no quieren la igualdad sino tener privilegios frente a los hombres. Hemos conseguido en dos semanas lo que no conseguimos con Felipe González en 13 años. Hay muchos inmigrantes que viven de las ayudas sociales que les da el Estado sólo por ser inmigrantes. El problema de la sanidad española es que los que más la disfrutan son los extranjeros. Hay más casos de violencia doméstica hacia hombres que hacia mujeres, pero el Gobierno falsea las estadísticas para no parecer políticamente incorrecto. Carles Puigdemont recupera el espíritu de Nelson Mandela y Rosa Parks. Las personas que murieron en accidentes de coche por ir a visitar a sus parientes a la cárcel son víctimas de la política penitenciaria del Estado Español. El Régimen del 78 está agotado. En épocas de crisis es mejor votar a la derecha porque llevan mejor la economía. Una guerra civil les haría falta. La mayoría de las denuncias por violencia machista son falsas. Éste no es un proceso por corrupción es un proceso contra el Partido Popular. No estoy en contra del matrimonio homosexual sino de que se use la palabra matrimonio, deberían utilizar otro término para describirlo. Fue un misil y no un avión lo que se chocó contra el pentágono. A veces me da reparo entrar en un ascensor, imagina que hay una chica con ganas de buscarte las vueltas, se arranca el sujetador o la falda y sale gritando que le han intentado agredir. Los actores deberían dedicarse a hacer cine y no meterse en política. Esta película no pasaría el Test de Bechdel. Arden las redes. El problema de los gitanos es que no quieren adaptarse a nuestras costumbres. El derecho a tu libertad de expresión termina ahí donde empieza mi derecho a no sentirme ofendido. Franco hizo muchas cosas buenas. Los moros se meten mucho con nuestra religión pero si tú te metes con la suya ya verás que pronto te sacan la navaja. Los niños tienen pene y las niñas vagina, que no te tomen el pelo. Mi mayor fantasía es follarme a una mujer embarazada. Cuando mi padre me pegó una bofetada me enseñó algo importante: el Respeto. Los videojuegos son los verdaderos responsables del tiroteo en el instituto. Por lo que has dicho pueden meterte en la cárcel por injurias a la corona. La Iglesia Católica acogerá en su seno a todos los homosexuales que no se acuesten con hombres. Todos los estados democráticos han emprendido acciones de guerra sucia cuando se han visto amenazados por el terrorista. El asesinato de un escolta puede considerarse un accidente laboral. Aquella chica entró voluntariamente en el portal porque quería tener sexo en grupo y sin protección con cinco desconocidos, después se arrepintió y los denunció. Ese monstruo merece ir a la cárcel por los chistes que ha hecho sobre Carrero Blanco. No voy a decir que apoye la política de Israel pero poco más se puede hacer con los palestinos. El semen entra por el recto y en vez de encontrarse con un óvulo se encuentra mierda. Todos los hombres son unos cabrones. Todas las mujeres son unas putas, excepto mi hermana y mi madre. Explícale a la madre de ése niño que su asesino no merece la prisión permanente revisable. Se habla mucho de los asesinatos de ETA pero muy poco de las torturas en los cuarteles. La guardia civil traficaba con heroína en el País Vasco en los ochenta para acabar con una juventud comprometida. En España no hay presos políticos, hay políticos presos. En España existe la libertad de expresión. Los familiares de las víctimas del franquismo se acuerdan de desenterrar a su padre sólo cuando hay subvenciones. Algún día sabremos la verdad sobre el 11-M. Los nacionalistas persiguen los mismos objetivos que ETA, lo que significa que también apoyan sus métodos. Comer verdura cura el cáncer. Os metéis mucho con la iglesia católica pero con los musulmanes no os atrevéis. Si alguien dice una palabrota sobre mi madre puede esperarse un puñetazo. Je suis Charlie. Todas las víctimas son iguales. Un refugiado sirio violó a una mujer. Un hijo adoptado mató a sus padres adoptivos. El problema del Estado Islámico sólo pasa por una única solución: aniquilarlos. Las vacunas provocan autismo. Qué no se repita la historia porque igual acaban como Companys. Sólo deseo que la violen en grupo.

Franco

Manifiesto ETA, Feminismo, Iglesia Católica, M. Rajoy, Twitter

Ocho de marzo

2018-03-07
Sabemos que el día ocho de marzo es el día internacional de la mujer, a secas. Puede ser que no esté del todo claro cuál fue el verdadero acontecimiento que se conmemora, pero lo cierto es que valdría cualquier día del calendario porque si de algo no nos faltan ejemplos es de días en los que ha tenido lugar algún tipo de violencia contra la mujer.

El caso es que las feministas (así, en abstracto) han decidido convocar una huelga y no nos han invitado, y hay hombres que se quejan: ellos también deberían tener derecho a un día de vacaciones.

Desde su punto de vista, los hombres somos víctimas de una ideología que nos oprime, cuya única finalidad es lograr un mundo en que las mujeres lleguen a tener más derechos que nosotros. Una ideología que ha resultado tan exitosa en los últimos años por un motivo evidente: el imperio de lo políticamente correcto.

Se ve que en nuestra sociedades capitalistas avanzadas los que peor lo pasan son aquellos que día tras día sufren el linchamiento de las redes sociales por el único motivo de decir las verdades tal como son. Hombres (y también mujeres) independientes que no se dejan arrastrar por las corrientes mayoritarias, por aquellos que ven la realidad de la misma manera pero no se atreven a decirlo, ya sea por miedo a convertirse también en marginados o porque sólo se limitan a repetir las opiniones impuestas por los medios generalistas sin preocuparse de contrastar datos o formarse una opinión propia.

El valor, según su definición, consiste en pensar que son muchos más los casos de malos tratos de mujeres a hombres, pues ellas nos someten a un maltrato psicológico constante y no es tan raro que uno explote después de soportar tantas humillaciones durante tantos años. Valiente es decir que la mayoría de las denuncias por violencia de género son falsas, que las estadísticas oficiales ocultan la mayor parte de los casos, decir que en la mayoría de los casos de la violación las víctimas son hombres y que hay muchas chicas que consideran un perfecto plan de fiesta meterse en un portal con cinco desconocidos para tener sexo en grupo.

Valientes oprimidos porque ser oprimido significa que una mujer te ponga cachondo, que te diga que pares y que tú no le hagas caso, porque sabes que lo dice de boquilla, por quedar bien, para que no piensen que es una puta, porque te dice que sí con los ojos, que reflejan que lo está pasando de cine.

Pero son vengativas, mañana se avergonzará de aquello que hizo de manera completamente voluntaria, te pondrá una denuncia y acabarás en la cárcel, por mantener sexo consentido, porque ser hombre es hoy en día un deporte de riesgo.

Ése es el punto central, la ley ha sido moldeada por lo políticamente correcto, por políticos cobardes y populistas que no quieren quedar mal. El sistema beneficiará siempre a la mujer, te denunciará, te quitarán a tus hijos, tendrás que pagarle una pensión, le darán tu trabajo aunque tú estés más cualificado.

Las políticas de igualdad nos harán desiguales, las políticas sociales nos harán pobres, por eso la política del común nos dice que no nos metamos en eso. La izquierda persigue un mundo donde los hombres seremos pobres y estaremos dominados por las mujeres, tal vez también por los musulmanes.

Es por ello que la defensa de los derechos de la mujer sobreviene en nazismo. Obligar a los empresarios a equiparar sueldos de hombres y mujeres es nazismo, defender los derechos sociales también es nazismo, o Venezuela, o Irán, o el Estado Islámico, cualquier cosa con tal de justificar que cualquier movimiento que contrario a lo que ellos llaman libertad es contrario a la democracia y sólo traerá muerte, pobreza y destrucción.

Derechos y libertades, democracia, todo mezclado y mal entendido. Rivera dice que esta huelga es anticapitalista, supongo que también lo es el artículo 14 de la Constitución de 1978, y también el resto de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales que en ella se reconocen, como el derecho a la huelga, porque lo cierto es que a la utopía neoliberal lo que no le gustan son los derechos, aman la libertad detestan la igualdad. Todo sea con tal de ocultar que nuestros derechos y libertades nunca serán efectivos si no se dan las condiciones adecuadas.

Espero que la huelga de mañana triunfe, echar de menos a todas mis compañeras de redacción, sus consejos, su gran valor, su implicación e inteligencia. Y espero que la huelga sea profundamente, no sé si anticapitalista, pero seguro que sí antiliberal. Porque como dice Jessa Crispin: “El tema del feminismo no es aprovecharse de este sistema que oprime a los pobres por el bien de su propia riqueza. No debería ser luchar por un puesto en la mesa, si esa mesa está cubierta de mierda. El paradigma neoliberal ha derivado en una rampante desigualdad en todo el mundo. Causa muerte y sufrimiento por todas partes. Decir que es feminista participar en este tipo de sistemas, porque al menos una mujer ahora puede ayudar a decidir qué país vamos a bombardear con nuestros drones o cuántos miles de trabajadores serán despedidos para que los directores puedan tener un bonus más alto, es simplemente enfermizo”.

El feminismo no debería en ningún caso ser visto por nosotros los hombres como una amenaza, sino como una oportunidad. Muchos hombres siguen debatiendo el tema como si fueran unos críos, demostrando una falta total de dignidad al pretender denostar la inteligencia, el compromiso y la capacidad de trabajo de las mujeres.

La misma dignidad que nunca conseguirán arrebatarles a ellas.

Evidentemente, yo no iré a la huelga mañana, pero os apoyaré y echaré de menos a todas las que lo hagáis.

Pasado mañana juntos seremos más.

Jessa Crispin – Por qué no soy feminista. Un manifiesto feminista.

Actualidad Albert Rivera, Feminismo, Jessa Crispin, M. Rajoy, Pierre Bourdieu

Suscríbete a nuestro Boletín

Si te ha gustado el artículo suscríbete a nuestra Newsletter para recibir actualizaciones semanales de nuestros contenidos.



Privacidad

Revisa tu bandeja de entrada o la carpeta de spam para confirmar tu suscripción.

Etiquetas

Adicciones (22) Adopción (6) Ahora: El fin del mundo (8) Albert Rivera (4) Amor (25) Angelus Novus (5) Barricada (2) Bárbara Ayuso (3) Carácter Destructivo (38) Cirujano Patafísico (4) Crítica (3) Culpabilidad (27) Desamor (41) Desilusión (6) Despersonalización (11) Destructor de entrañas (20) Destructor de mundos (26) Dolor (18) Ernesto Bánegas (11) ETA (3) Fantasmas (2) Felicidad (15) Feminismo (5) Fragmento libre (11) Heroína (4) Iglesia Católica (4) Klee (9) M. Rajoy (4) Melancolía (3) Mis viajes al fin de la noche (14) Nacho Vegas (4) Onanismo (6) Paternidad (20) Pensamiento críptico (5) Pesadillas (15) Plagiarismo (15) Recuerdos (44) Reflejos (38) Sangre (24) Siete canciones (7) Sufjan Stevens (3) The Cure (2) Trastorno Obsesivo Compulsivo (12) Twitter (5) Walter Benjamin (2)

Categorías

  • Actualidad (4)
  • Cine (5)
  • Citas (1)
  • Editorial (2)
  • Los que no vivieron (8)
  • Luces (77)
  • Manifiesto (14)
  • Noclasificables (19)
  • Relato (31)
  • Sombras (90)
  • Televisión (1)
  • Uncategorized (6)

Archivos

  • diciembre 2019 (2)
  • noviembre 2019 (3)
  • octubre 2019 (6)
  • julio 2019 (1)
  • junio 2019 (14)
  • mayo 2019 (3)
  • abril 2019 (7)
  • marzo 2019 (16)
  • febrero 2019 (7)
  • enero 2019 (13)
  • diciembre 2018 (14)
  • noviembre 2018 (11)
  • octubre 2018 (9)
  • septiembre 2018 (9)
  • agosto 2018 (18)
  • julio 2018 (8)
  • junio 2018 (10)
  • mayo 2018 (29)
  • abril 2018 (17)
  • marzo 2018 (11)
  • febrero 2018 (3)

«Lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede nacer. En el interín surgen infinidad de síntomas mórbidos»

Antonio Gramsci

Enlaces de interés

  • Poémame
  • Microroturas en Papel
  • El verdadero Blog del verdadero Jokin

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

2018 - Senén Rubio Zubiaga

Idealist by NewMediaThemes

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Suscríbete

Si te ha gustado el artículo suscríbete a nuestra Newsletter para recibir actualizaciones semanales de nuestros contenidos.



Privacidad

Revisa tu bandeja de entrada o la carpeta de spam para confirmar tu suscripción.