Posibles variaciones de tu sonido espacial.
El camino hacia tu felicidad
es para mí un laberinto,
con vistas al barranco
de tu decepción.
Aquella noche
la Luna vino a visitarme.
Estaba tan cansado
que no podía dormir.
Me dijo que,
aunque me considerara demasiado mayor
todavía me quedaban muchos inviernos por pasar.
Y que si escribía,
no era porque buscara tu cariño
sino su admiración.
Sería tan afortunado
si me añoraras todo el tiempo.
Levantarme y ver el mundo el calma,
porque el mundo es un caos cuando dudas.
Y qué quieres que te diga
cuando el mundo se me hace cuesta arriba.
Cómo explicar los recuerdos que todavía no duelen.
Cómo no disfrutar de la belleza
cuando entro de noche en tu habitación
y te veo dormir.
Cuando destilas confianza,
sabiendo que nadie podrá hacerte daño
si permaneces en tu pequeño mundo.
Y grito, llévame contigo,
no quiero volver a salir de aquí.
Y siento envidia del reflejo de la luna;
él puede tocarte y yo no.
Y se baña en tus ojos,
al abrirlos
todavía dormida
para farfullar discursos sin sentido.
Y yo te querría llevarte
a una nueva niñez,
donde podríamos tener
todo eso que siempre he echado de menos.
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