Mis viajes al fin de la noche: Final improvisado y fallido (fragmento libre)
Y no dejamos de conocernos,
es más, ahora nos conocen todos,
pues nuestras hazañas
se retransmiten en los cinco continentes.
Desde el día que me prometiste que nos iríamos lejos,
donde a nuestros perseguidores
les sería imposible encontrarnos,
donde nuestro amor
no desaparecería nunca.
Te mueves al ritmo de mi mente
y dejas que sea yo mismo a tu lado.
Nunca me has torturado
con la persona que debería ser.
Y me has perdonado
cuando yo he necesitado torturarme.
Vivo en una fe mayor en ti
que en mí,
pero satisfecho,
no desfallezco,
ni siquiera cuando tengo que saltar al río
para esquivar a nuestros perseguidores.
Muévete al ritmo de mi mente,
deja que sea yo mismo a tu lado,
no desfallezcas,
por muchas que sean las montañas
que crucemos en nuestra huida.
Dormiremos en tiendas de campaña,
en medio de bosques inhabitados,
entre criaturas que el hombre no conoces
y tú me abrazarás para que no tenga frío.
Descubriremos lugares hermosos,
más allá de la civilización,
bosques de árboles parlantes
y océanos salvajes.
Nos bañaremos en sus aguas
Y te abrazaré para que no tengas miedo.
Surcaremos los caminos,
volaremos más allá de las murallas
y follaremos en libertad por primera vez,
como animales,
podrá faltarnos alimento,
pero nunca vida.
En todo el mundo se retransmitirán nuestras aventuras,
seremos lo que ellos siempre quisieron ser.
Mataremos todos los animales que nos puedan alimentar,
sin ningún rastro de remordimiento.
Porque la sociedad ya no nos controla.
Porque estamos aburridos de mentes bienpensantes,
que ignoran a todos los seres humanos que murieron
desde el principio de la historia de la humanidad.
Porque tú y yo no somos como ellos,
desdeñamos la crueldad
y no siempre tenemos razón,
y sólo huimos,
sólo nos alimentamos,
sólo disfrutamos,
sin perder el tiempo.
Porque ellos nos siguen,
y nos matarán si nos ven,
o algo aún peor.
Nos impondrán sus débiles visiones,
sus discursos aprendidos,
la necesidad de una aplauso,
la lucha en pro de la estupidez,
universal e institucionalizada.
Ven conmigo,
iniciemos este viaje.
Tú me acariciarás el cabello,
para que nunca decaiga,
y tocaremos nuestros bellos púbicos
para bailar de alegría,
después descansar,
mirándonos el rostro
en instantes infinitos.
[mailpoet_form id="2"]