Degradación
Mi mente se degrada,
puedo sentirlo,
en cada error que cometo
y me empeño en negar,
cada vez que te ataco sin sentido,
al encerrarme en un rincón
y gruñir, y aullar como un lobo
solitario, hambriento y asustado.
Mi mente es mi único hogar,
y cada vez me resulta más difícil
sentirme cómodo ahí dentro.
A veces pienso que me sustituirá
un nuevo inquilino,
alguien que me resulta extraño.
Tanto, como la persona
que habitaba este lugar
hace ya veinte años.

Cómo pretendes que te conteste
cuando me preguntas cómo estoy.
Ya ni siquiera estoy seguro de ser
la persona con la que hablas.
Me invade la amnesia y la tristeza.
E intento construir recuerdos felices
entre los sueños de un mundo que se derrumba.
Un mundo sin las agallas suficientes
para llevar esa tarea de destrucción hasta el final.
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