Banda sonora de un nuevo universo
Contigo empezó la vida y conmigo desaparecerá.
Entre medias, sólo siento el hambre y el despertar
de literaturas muertas que nunca deberían haber resucitado.
Quemaré todos los libros que no me dé tiempo a leer,
así no tendré la necesidad de inventármelos
y arderán en un fuego tan intenso
que podrá ser contemplado desde el espacio.
Si lo sigues podrás encontrarme sentado, esperándote.
Así será en todas y cada una de mis reencarnaciones.
Lo sentiré cada vez que te acerques
y ya no necesitaré mis gafas para ver tu sonrisa.
Y el cielo desaparecerá entre las nubes.
No me importará, no te preocupes:
No necesitaré primaveras si estás a mi lado.
Y, si no apareces,
me extinguiré entre las llamas.
Convirtiéndolas en un huracán
que volará hasta la luna
convirtiéndola en una estrella,
otra más,
que se consumirá eternamente
entre las llamas de tu ausencia.
El fuego recorrerá la tierra hasta encontrarte
Y, entonces, sólo entonces, desharé lo hecho
y me daré siete días para construir un mundo perfecto
donde me cantes cada día las canciones
que hicieron que me enamorase de ti.
Las mismas que soñaron aquella Nochevieja,
la primera que pasamos junta,
y permitieron que nos comunicáramos
desde lugares tan distantes.
Sí, soy fuego, esa es mi naturaleza
y, si tu eres agua, seremos cenizas y barro,
polvo de estrellas, arenas movedizas
que engullirán esta realidad tan horriblemente decorada
y, con ella, la envidia y la tristeza,
el dinero y el odio.
Me hundiré en tu océano.
En un mundo que siempre estará húmedo.
Donde nuestros gemidos serán
La banda sonora de un nuevo universo
donde el sonido viajará a la velocidad de la luz.
Y, las noches, no serán más que castillos
que defenderán tus sonrisas perdidas,
iluminadas por el arder eterno
que sólo nosotros seremos capaces de contemplar.

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