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Mes: mayo 2018

Mis viajes al fin de la noche (VI): Expediente Bánegas

2018-05-24

Mis viajes al fin de la noche (VI): Expediente Bánegas

Sigo un patrón:
primero estimulantes,
después tranquilizantes.

Corrijo los errores de mi generación,
Yo no nací para morir de sobredosis.
Controlar las dosis,
es la metodología perfecta
que puede durar toda una vida.

Sabes que estuve en el centro del universo
cuando todo explotó.
Y ahora estoy en todas partes,
pero no te encontraré si tú no quieres.

Podría salir con todas las mujeres que conoces,
pero no quiero:
para qué si el amor siempre sale mal.

Podría convencerte si quisiera,
volverías,
no lo dudes.

Y sin embargo me entrego a esta dinámica,
la que da lo que promete.
Y aunque apueste un mal viaje,
siempre será mejor que esto.

El médico me dio unas pastillas.
Me dijo que no las mezclara con alcohol.
¿Adivinas lo que estoy haciendo?

Y aún así me sobrará energía
para salir toda la noche
y follar en un retrete,
con mujeres, hombres,
porque ahora me siento libre
y sólo porque no te tengo a ti.

Volveré de cualquier manera,
al día siguiente habré olvidado el trayecto y mis pecados.

Veré todos los amaneceres
y despertaré inmediatamente
después de que el sol se haya vuelto a largar.

Cantaré todas las canciones que recuerdo,
viviré el momento,
me pelearé con el asfalto,
con todos esos chulos a los que antes temía,
porque ahora soy un guerrero,
mis heridas trofeos.
Sobreviviré a todas las batallas que propongas.

Si te preguntas qué es lo que me pasa,
me pasan las noches largas,
el cansancio disimulado,
las canciones de ritmo pegadizo y letras banales,
mi cuerpo pegado a cualquier otro,
sobre todo si dispone de drogas de diseño,
también me valen tradicionales,
las que me ayudan a dormir por las mañanas,
cuando mi rostro es pálido,
tremendas ojeras pero mente inquieta,
sueños no recordados,
a veces miradas cómplices,
en el techo figuras lisérgicas
y en la calle muchos coches
que bordean el accidente.

Y si me preguntas qué es lo que me motiva,
son todos los lugares que nunca visitamos,
las situaciones que no vivimos,
las rayas en línea sobre la tapa de un retrete,
tremendas aventuras sórdidas fruto de mañanas inexistentes
y tardes ausentes frente al televisor.
Viendo cine clásico en canales fachas,
repasando todas las grandes historias de amor de la historia
y pensando en lo ridícula que fue la nuestra.

Pensando que soy tóxico,
que mi sangre podría hacerte volar.
Que debería olvidarte,
que no debería enviarte mensajes
con número oculto
desde todos los bares que visito.

Siento haberte despertado, de verdad.
Siento haberme convertido en todo lo que tú odias,
porque yo también me odio.

expediente bánegas

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Sombras Mis viajes al fin de la noche

Mis viajes al fin de la noche (V): Trastorno Obsesivo Compulsivo

2018-05-23

Mis viajes al fin de la noche (V): Trastorno Obsesivo Compulsivo

Te olvidas de mí, mientras, yo te recuerdo todo el tiempo
y te has convertido en un nuevo síntoma de mi enfermedad mental.

Y por eso hablo contigo aunque no estés,
por eso revivo situaciones cotidianas ya caducadas,
y te grito,
te escupo todos mis reproches,
y me siento un fantasma,
me bebo escocia entera para sentirme normal
y acabo durmiendo entre vómitos y sangre.

Deberías verme,
soy un naufrago en esta isla,
ya no me corto la barba ni los pelos de la nariz,
mi pelo con su alborozo constante compite con mi tristeza.
Me levanto dolorido porque duermo en el suelo.
Todo me da igual.

Y mi locura es el hilo rojo que me sujeta a la vida,
la realidad ya no tiene nada que ofrecerme.
Apenas existo,
apenas le importo a nadie ya,
la tristeza es melancolía,
la desesperanza mi existencia
y la ilusión la mentira que tú inventaste.

Belleza de la primavera,
no vuelvas a importunarme,
ya no quiero las flores.

Destino cruel,
¿podrías regalarme alguna enfermedad?
Me gustaría morir entre agradables dolores.

Tantas veces vi que te alejabas.
Tantas veces soñé que me dejabas.

Por lo que me importabas
te vi morir tantas veces.
Pensaba que en la siguiente imagen lo haría mejor:
sería más creativo,
reaccionaría más rápido.
Pero nunca fue así
y olvidé los buenos momentos
para convertirme en estatua de sal
que, como los platos que nos regaló tu madre,
no hacía otra cosa que estorbar.

Sé que no te preguntas el porqué de este discurso anárquico,
me conoces demasiado bien.
Y aunque no sirva de nada
sólo quiero decirte una cosa:
elimina tus expectativas sobre mí,
y ya no te decepcionarás.

No volveré a hacerte llorar.

Bien por ti.

trastorno obsesivo compulsivo

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Sombras Mis viajes al fin de la noche

Mis viajes al fin de la noche (IV): Las señales inexistentes

2018-05-22

Mis viajes al fin de la noche (IV): Las señales inexistentes

Cuando iba a por el pan,
pronto,
el sol de la mañana todavía no abrasaba,
pero nosotros sí,
no podía dejar de preguntarme:
¿Eras feliz conmigo?

Cuando ensoñaba con otras,
imaginaba un futuro
donde usaba con ellas todo lo que había aprendido contigo.
Lo hacía aterrado,
porque nunca parecías satisfecha,
porque sabía que el momento que llegó
algún día iba a llegar,
y aún así,
cuando lo hizo,
yo no estaba preparado.

Cuando intentaba deformar tu rostro
y elevar tu mirada,
parecías contenta,
pero en lo más profundo
yo seguía viendo tu insatisfacción.

Y yo te juro que lo intenté,
lo hice,
miles de veces,
conseguí enamorarte de verdad.
Fui más inteligente,
más rápido e ingenioso en todas mis respuestas.
Te vi satisfecha tantas veces,
mas nunca en la realidad.

Y te repetía,
no me quieres,
hasta la saciedad.
Sólo para que me llevaras la contraría,
para oírte decir que era un pesado,
disolver la inseguridad,
pensar en un futuro que se me hacía impensable,
los dos sentados,
satisfechos,
mirando la vegetación y el horizonte.
Nuestras pieles arrugadas
y nuestros sueños intactos.

Pensé tantas veces.
Perdí tanto tiempo.
Tantas fuerzas desperdiciadas.
Tanto amor ni correspondido ni valorado.

Y te vuelvo a ver sentada en nuestro sofá,
hablas como una metralleta,
me cuentas todo lo que ha pasado durante el día
y hasta el detalle más nimio
te llena de entusiasmo.

Nunca supe de dónde venía mi eterna pose melancólica,
quise ser más feliz para ti,
te juro que lo intenté,
más seguro de mí mismo
y convencido de poder moldear mi realidad.
Quise hacerlo,
tantas veces,
cuánto tiempo habré perdido,
dando vueltas,
intentando definir la felicidad.

Y puede que no fuera otra cosa
que tumbarnos
y fumar un cigarrillo tras otro.
Dejar que pasaran las horas entre buena música.
Disfrutarlo,
no perder más tiempo esforzándome,
pero,
¿Cómo reconocer algo que no comprendes?

mis viajes al fin de la noche

Mis viajes al fin de la noche(III): Los viajes perdidos
Mis viajes al fin de la noche (V): Trastorno Obsesivo Compulsivo

Sombras Mis viajes al fin de la noche

Mis viajes al fin de la noche(III): Los viajes perdidos

2018-05-21

Mis viajes al fin de la noche(III) – Los viajes perdidos

Hicimos varios viajes juntos,
no fue la vuelta al mundo,
pero al menos no discutíamos
y follábamos en cada habitación de hotel.

A veces el día entero,
haciendo el amor en habitaciones extrañas,
y sólo salíamos de noche,
cuando las ciudades se llenaban de luz.

No queríamos ver las sombras en cada esquina,
ni pensar en la vuelta
y en las mil batallas que le seguirían.

Tengo fotos donde nos besamos
en el castillo de Praga,
sobre el London Eye
y enfrente de la Bastilla.

Nuestras revoluciones no costaron miles de víctimas
sólo una, yo,
pero no pensemos en eso ahora,
sigamos disfrutando.

Volvamos a ver todas las fotos,
recordando lo bien que lo pasábamos,
a esa niña china con la que nos hicimos una foto en la ciudad prohibida.

¿Recuerdas las veces que hablamos de tener hijos?
¿Recuerdas los planes de vivir en ciudades imposibles?

Yo recuerdo el dulce olor de tu vagina
y ahora me arrepiento
de no haberte hecho una foto cada vez que te corriste,
todo lo hermoso que hay en este mundo nos visitaba en aquel instante.

Lo hicimos por primera vez el mismo día en que te conocí,
después te fuiste a una ciudad lejana
y me escribiste.
Decías que te tocabas pensando en mí
y era una solución provisional.

Ahora es lo único que me queda.

mis viajes al fin de la noche

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Sombras Mis viajes al fin de la noche

Mis viajes al fin de la noche(II): No estaré

2018-05-21

Mis viajes al fin de la noche(II): No estaré

Cuando te decidas a volver
yo ya no estaré aquí.
Si necesitas mi ayuda,
ya no cuentes conmigo.
Aunque me vuelvas a echar de menos,
yo no lo haré.

Serás nebulosa:
sí,
ahora lo recuerdo,
esa chica con la que estuve un tiempo,
tuvimos un lío,
nada importante.

Nuestro mundo era muy pequeño,
tú me lo dijiste,
a tu lado siempre me sentí una rémora.

Espero que tras esas palabras
que rasgaron mi pecho
sólo encuentres soledad.

Hazme un favor:
desaparece de una vez.

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